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Desde que las puertas del lugar del festival metalero se abrieron a las 12:00 horas, cientos de personas aprovecharon para comer o beber una cerveza sentados en el pasto del Parque Oceanía, mientras escuchaban de fondo a bandas como Matherya, Kaizan y Hate Bullets.
Bullet for My Valentine desató el slam en el Knotfest. “¿Cómo se la están pasando?”, saludó el vocalista.
Aunque la temperatura iba descendiendo, la pasión y entrega del público por los británicos hizo que todos entraran en calor, mientras interpretaban temas como “Tears don’t fall”, “Your bretrayal”, “Waking the demond”, entre otras.
En el escenario principal se encontraba la banda polaca Behemoth, cuyos temas provocaron que muchos hicieran headbanging, mientras otros aventaban vasos de cerveza. Entre las canciones que interpretó el grupo estuvieron “Daimonos” y “Bartzabel”.
Todos los fanáticos de Slipknot pudieron disfrutar de un museo que mostraba los diferentes vestuarios que los integrantes de la agrupación estadounidense han usado a lo largo de su trayectoria musical; una colección de sus máscaras y portadas de sus discos, entre otros objetos.
Como atracción, había personas caracterizadas como caballeros que usaban armaduras y que sostenían batallas campales con sus armas, arrancando los aplausos de los asistentes.