Ahora que los conciertos masivos están en pausa por la pandemia por el coronavirus (Covid-19) Dave Grohl se está permitiendo explorar su faceta como contador de historias en su nueva cuenta de Instagram “ Davetruestories ”.
En su primera entrada Dave compartió con sus fans una historia un tanto embarazosa producto de su afición por los fuegos artificiales.
“No importa qué época del año era, podía ser el Día nacional de la dona, para lo que me importa, ¡Estoy iluminando este lugar!”, escribió el cantante.
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La historia ocurrió así:
Era el 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos de 1998 y para ese tiempo el vecindario en el que creció Dave con su familia había cambiado, ellos eran de los pocos que seguían viviendo ahí después de 20 años por lo que no tenían una conexión tan cercana con los vecinos. Incluso veían al músico como la “satánica estrella de rock” y a su madre como la “maestra retirada/señora de los gatos”.
En ese contexto Dave vio que sus vecinos estaban reunidos afuera viendo los fuegos artificiales clásicos del 4 de julio y pensó que sería la oportunidad perfecta para entablar una relación y que rompieran los prejuicios que tenían hacia ellos así que convenció a su madre y hermana de salir. Con emoción Grohl tomó una cerveza, sus fuegos artificiales y salió a convivir.
Primero fue un poco incómodo. Según explica el músico mientras se acercaban a la gente escuchaban murmullos de gente criticándolos, pero después se fueron sintiendo más cómodos así que, por qué no, a Dave se le ocurrió sacar su “Cracklin’ thunder” que había comprado hacía algún tiempo. Todo hubiera salido de lujo si hubiera sabido que tenía que estabilizarlo.
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“Comenzó bien, más que eso, fue fenomenal, Dos bolas gigantes de fuego del tamaño de cometas disparadas al menos mil pies sobre el cielo”, contó.
“El tonto viejo yo no estabilizó la maldita cosa antes de encenderla (aparentemente necesario) y se volcó, encarando a la multitud”.
Sillas volando, abuelas corriendo, niños gritando, papás en shorts tratando de esparcirse y la madre de Grohl corriendo por su vida tratando de esconderse debajo de un árbol fue un poco de lo que el que fuera baterista de Nirvana provocó aquella noche.
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“Los sueños de mi vecindario se desvanecieron con un estúpido jodido fuego artificial del 4 de julio. El arrepentimiento no comienza a describir lo que sentí en ese momento. Nunca había querido esa patada de regreso al auto futuro más que en ese mismo momento.
Desde entonces, explicó Dave, no ha vuelto a tocar un fuego artificial.
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