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erika.monroy@eluniversal.com.mx
¿Una cita romántica en un concierto de rock? La idea aplica bien si, al menos, son los Tacubos los que tocan esa noche.
Llegando el momento en que la canción de “Eres” comienza a sonar en la voz de Meme (Emmanuel del Real) es el momento para ponerse cursi y abrazar al susodicho o susodicha.
Después de ese momento de enamorados, la música hace una especie de viaje en el tiempo para recordar esos días de la escuela, de la prepa o de la secundaria, momentos en los que, se supone, se le entra al rock nacional.
Siendo Café Tacvba una de las bandas más emblemáticas del género, los recuerdos son inevitables. Como inevitable es ponerse a brincotear en la Arena Ciudad de México, mientras los músicos viven su momento de complicidad en el escenario.
Amigos y colegas, Rubén Albarrán, Enrique y Joselo Rangel, junto a Meme, rockean duro en la tarima.
Con guitarras en sus manos, ponen la música a alto volumen y a sus espaldas un juego de luces digno de presumir.
Para su primera vez en el escenario de la Arena Ciudad de México, en donde congregaron a 20 mil personas, la banda no escatimó en esfuerzos ni en poner lo mejor incluso en la pantalla.
Las cámaras pasaban rozando por las cabezas de los presentes para captar los momentos en que coreaban sus canciones.
Todos ellos se agruparon para hacer lucir el gentío, las manos levantadas, las gargantas a su máximo, hicieron que en la pantalla se luciera el disfrute del “desmadre” que convocó la agrupación.
En palabras de barrio, Rubén Alarrán no sólo invitó a la fiesta, también lo hizo para invitar a echar un “desmadre chingón”.
Agradeció la presencia de los fans, incluso tomó una máscara que se resaltaba entre el público.
Así, un ciervo plateado se convirtió en el rostro del vocalista, detalle que fue aplaudido por todos los presentes.
Además de recordar a los que perdieron todo en los sismos de septiembre, Albarrán hizo un llamado en favor de la madre tierra, de la naturaleza y pidió abrazarnos el corazón, porque todavía nos duele después de los sismos.
La canciones fueron las de siempre, más la más recientes y sin faltar la coreografía de “Déjate caer”, emocionó a los que hacen empatía con el grupo.