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jose.montoya@eluniversal.com.mx
Ahora que mujeres del medio artístico han levantado la voz contra el acoso, la cantante Ely Guerra expresó que si bien el tipo de abuso que ella sufrió no fue sexual, sí lo fueron los comentarios que en su momento quisieron herirla.
“(Fue) En lo típico, en la misoginia. ‘Estás guapona, entonces creo que puedo conducirme de manera sexual contigo, puedo minimizar tu inteligencia, puedo creer que no cantas, que no tocas y ese tipo de cosas...’
“Cuando me pelé a rape, el presidente de donde yo estaba me dijo: ‘¡Ay, te confundí con Aleks Syntek’, a quien adoro y que en ese tiempo se rapaba totalmente la cabeza. Me parecen comentarios totalmente fabricados para herirte y para hacerte sentir menos”, explicó la artista en entrevista.
Admitió que fueron precisamente ese tipo de conductas las que la ayudaron a hacerle honor a su apellido y darle forma a su carácter.
“Todo eso me construyó, me hizo fuerte, me explicó quién era yo y que no quería formar parte de ciertos sectores. Yo prefiero ser un espíritu libre y, a pesar de que soy muy guerrera y muy entrona, también sé cuando no quiero estar en guerra y luchar por cosas que no hay necesidad. El camino independiente, que no ha sido nada sencillo, ha sido muy agradable, me hizo libre”, señaló.
La intérprete de “Quiéreme mucho”, quien cerrará su gira El Origen de la mano del músico Nicolás Santella con un concierto el próximo 22 de marzo en el Teatro Metropólitan, agradeció que sus fans sigan haciendo de su música el soundtrack de sus vidas.
“Se siente increíble, es el mejor regalo porque nuestra música toca emociones y convive de una manera real, que es poesía que se transmite de boca en boca y que dejó de ser mía para ser tuya. Tú la integras a tu realidad y eso es un regalo maravilloso”.
Nuevos retos. Guerra se prepara para lanzar un nuevo disco este año, en donde el uso de su voz así como la composición de las letras, la llevarán a explorar una nueva faceta, que espera, sea bien recibida.
“No supe cómo he encontrado los elementos para armarlo, ha sido muy misterioso todo pero también un regalo de Dios porque ha sido todo muy de instrucción. Yo no estudié, yo no sé escribir en partituras, yo no tengo idea del músico clásico en su origen, yo soy músico popular. Fue un reto desde mi ignorancia, ha sido despojar miedo tras miedo y ha sido entender que yo tengo un instrumento poderoso”.
Sobre la posibilidad de volver a cantar con otras exponentes de la música que han adquirido popularidad, explicó que no es algo que busque por el momento, pero que en su momento agradeció.
“La realidad es que nunca tengo esta ansiedad. Somos una comunidad súper unida y yo he cantado con las grandes de las grandes, creo que con todas he cantado (Natalia Lafourcade, Carla Morrison) a excepción de Mon Laferte, a quien ya tuve la oportunidad de decirle en un tuit: “Te quiero”, pero he cantado con Eugenia (León), con Tania (Libertad), con (Susana) Zabaleta, con Regina (Orozco), con Julieta (Venegas) en giras y con mujeres maravillosas que han impulsado cada uno de los átomos de mi ser para ayudarme a ser quien soy, y que además de todo, nos hemos mezclado con agrado para ser quienes somos en conjunto”.
La intérprete mexicana enfatiza que hoy, con más de 25 años de carrera, el miedo sigue presente al momento de entrar al estudio, pero cree firmemente en que el público sabrá cobijarlo como sucedió con sus anteriores álbumes.
“Le tengo ahorita mucho temor a que estoy muy preparada para lo que venga. Nunca me sentí más libre que ahora, la libertad también te da la oportunidad de volar alto y tengo miedo a caerme fuerte. Me siento contenta conmigo misma, con esta inercia de haber agarrado impulso, como cuando llevas una hora corriendo y no estás cansado.
“Tengo miedo a estrellarme duro, porque tengo ganas de enamorarme, tengo mucha fe en el nuevo proyecto y hay que volver a entender que todo puede pasar”.