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jose.montoya@eluniversal.com.mx
Para Jorge Drexler, tener en casa premios como el Latin Grammy o el Oscar —que obtuvo en 2004 por su tema en la cinta Diarios de motocicleta—), no es la gasolina que lo mueve a seguir haciendo música. En entrevista, admite que hoy, con 53 años y 13 discos en su biografía, sólo quiere componer y cantar.
“No tengo metas, sinceramente, no tengo aspiraciones y no tengo expectativas. La vida es suficientemente generosa conmigo como para ponerme en el camino cosas increíblemente maravillosas e historias que nunca esperé. Las metas mías no son premios ni es el éxito, mi meta es estar conectado con lo que escribo, seguir enamorado de la canción y tocar en vivo, he aprendido a no cargar este trabajo de expectativas y dejarlas fuera”.
Pocos saben que el cantautor, antes de músico, fue otorrinolaringólogo o que el primer disco que grabó sólo vendió 33 piezas, pero él disfruta cada decisión que ha tomado.
“Yo empecé a vivir de la música a los 30 años y me empezó a ir bien a partir de los 40.
“Para quien empieza tarde, el asombro no cesa. Yo lo aprecio y agradezco mucho, mantengo ese asombro conmigo”.
Con esa misma franqueza, reconoce que la única batalla constante que tiene es con los problemas que pasan en el mundo. “Peleo contra la intolerancia, la xenofobia, contra ese tipo de ignorancia y con gente que piensa más en su balance económico trimestral que en el mundo que le va a dejar a sus nietos.
“Peleo contra cortedad de vida de gente que no se da cuenta que al final todos somos de todos lados, que todos venimos de África; lucho contra gobernantes y políticos de diferentes países que no se dan cuenta que no hace mucho tiempo ellos y su familia estaban migrando también”.
La música es su clara válvula de escape entre este caos del que habla. Salvavidas de hielo, que da nombre a su último disco y a la gira con la que llegará a la capital el próximo 22 y 23 de febrero en el Teatro Metropólitan, estuvo hecho únicamente con los sonidos y contrastes de la guitarra, instrumento que el artista ha vuelto su cómplice con el paso de los años.
“La guitarra ha sido mi compañera desde mi infancia, la conozco desde hace más de 40 años y además está en el centro de la tradición del arte de la trova. Usamos las herramientas tradicionales pero no de manera tradicional y pude sustraer sonidos muy diversos de ella”.
Drexler dice que el disco contó con la participación de David Aguilar y la de un canario cantor que apareció por casualidad. Explica que no planeó que el material tuviera una carga femenina y que la presencia de mujeres artistas en él (como lo son las colaboraciones de Natalia Lafourcafe, Julieta Venegas y Mon Laferte) dieron la fórmula perfecta al momento de cantar y se añadieron de manera circunstancial al álbum.
Es con Laferte con quien ahora lanza un video que no estaba pensado, interpretando el tema “Asilo”.
“Nunca hicimos un video, esto no estaba pensado como tal. Nosotros nos juntamos a grabar y ese momento fue registrado por un equipo maravilloso con una altísima calidad.
“Eso que van a ver no es un montaje de un video donde grabamos varias tomas, no hay playback, ése es el momento en que hicimos la grabación: un micrófono para mí, uno para Mon y la guitarra enchufada. Lo que ustedes van a ver ahí es la vida real. No hay truco de postediciones y postproducciones ni efectos especiales.
Para la cantante chilena no tiene sino halagos.
“Le quiero agradecer a Mon la valentía porque conoció la canción esa tarde, poquito antes. Terminó de escucharla e hicimos un arreglo ahí y la grabamos. Tiene un gran talento como cantante y me llevó a un territorio que nunca había explotado, es como un baile con otra persona y salí muy emocionado de esa grabación”.