Chava Flores, Cuco Sánchez, Ema Elena Valdelamar, Álvaro Carrillo, Francisco Gabilondo Soler
y José Alfredo Jiménez son algunos de los compositores más importantes que ha tenido nuestro país, y que aunque ya han muerto, su obra se mantiene viva gracias a la tecnología pero también, gracias a las versiones de nuevos artistas, a libros en donde se habla de ellos, programas especiales, exposiciones, homenajes, discos y demás actividades que sus descendientes se han dado a la tarea de hacer tras su muerte.
Aunque muchos de los cantautores, antes de fallecer, crearon sus propias editoras musicales, en otros casos los hijos hicieron lo mismo para administrar la obra que dejaron, pero varios creadores también firmaron contratos con otras editoras que, en muchos casos, siguen cobrando un porcentaje por el uso de su música hasta después de su muerte, por lo que reciben los descendientes (como herederos de la obra), es un pago simbólico.
María Eugenia Flores, hija de Chava Flores
Foto: Cortesía María Eugenia
De los 8 hijos que tuvo Chava Flores (14 de enero de 1920 - 5 de agosto de 1987), seis son mujeres (de su primer matrimonio) y dos hombres (del segundo). El cantautor de temas como “El Gato Viudo”, “Sábado, Distrito Federal” y “La interesada” falleció el 5 de agosto de 1987, cuando Maru tenía 42 años. Desde entonces se hizo cargo de la obra de su padre y de la compañía que el compositor creó, AGELESTE, llamada así por el nombre de sus hijos (María Alejandra, María Gabriela, María Eugenia, María Luisa, María Elena, Salvador, María Teresa y Enrique).
Actualmente Maru tiene 75 años y continúa con esta labor de gestionar las 196 canciones que dejó registradas.
“Mi papá no dejó muchos discos grabados, había muchas canciones inéditas, también dejó una compañía que se llama Ageleste como un legado y nos dijo que era una herencia para nosotros, porque digamos que monetariamente no nos dejó más que un pequeño recuerdo porque éramos muchos hijos. Siempre estuvimos presentes en su vida y yo tomé por mi cuenta esa responsabilidad de seguir manejando la compañía, y lo que se me ocurrió fue primero publicar un disco, porque los discos que él dejó estaban en LP, y después se me ocurrió grabar las canciones románticas que en ese momento eran inéditas”.
En estos años, Maru ha hecho alrededor de 12 discos de su padre y publicado 3 libros con su obra, sin embargo, reconoce que el camino no ha sido nada fácil.
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“Yo creo que sí ha habido muchos errores porque desde luego que no sabe uno nada, tiene uno que ir aprendiendo sobre la marcha, yo siento que he sido muy afortunada porque siempre me topé con gente que me quiso ayudar. Siempre se me abrieron las puertas porque si yo pedía una cita diciendo que soy María Eugenia Flores nadie me hacía caso, por supuesto, pero si decía que era la hija de Chava Flores era un ábrete sésamo”.
Pepe Ávila, de Fonarte Latino fue su primer guía, pues él la ayudó a comprender el proceso de creación de un disco, también le dijo que en Radio Educación tenían grabaciones de su padre y lo mismo en Radio Universidad, y de allí salieron dos discos “Chava Flores en Concierto” y “Chava Flores en Vivo”.
“Yo iba inventando sobre la marcha porque la gente también me iba llevando y la verdad es que yo me propuse hacer por lo menos una vez al año un disco o un libro y así es como empecé a hacer el cancionero de mi papá”.
En cuanto al libro “Relatos de mi barrio”, que sí publicó su padre (los ejemplares de la primera edición Chava los firmó y dedicó a sus familiares y sobre todo, a sus hijos), ella agarró la tercera edición con Ageleste, pero allí también tuvo que aprender, por lo que hizo nuevas ediciones con arreglos y demás, para que quedara como a su padre le hubiera gustado, También publicó “Motivaciones para la locura”, donde se muestra a otro Chava Flores, lejano al humor que lo caracterizaba.
Maru, la hija de Chava. Foto: Cortesía María Eugenia
“Es un libro de sus momentos íntimos, tristes, solitarios, de algo muy personal que en su momento me dijo que no quería que se publicara (porque él siempre había hecho reír a la gente), pero a mí me pareció una forma de que conocieran el otro aspecto de chava Flores, un ser humano que igual nos hacía reír en las mismas canciones humorísticas nos hace reír y pensar pero en los versos nos hace llorar y nos hace pensar. Los literatos me empezaron a decir que mi papá tenía el verso perfecto, que la rima era perfecta, y me tuve que poner a estudiar a chava porque yo lo traté como papá”.
Maru aseguró que si no hubiera sido hija de Chava, hubiera sido su fan, y es que ella de verdad admira su obra, su capacidad de nombrar, de describir escenas que dice, no sólo son de la Ciudad, sino de todo el país. Desafortunadamente, siente que no ha habrá nadie que cuide tanto la obra de su padre como ella.
“No le veo a nadie el interés suficiente, ni mis hermanas, a lo mejor alguno de los nietos, a lo mejor alguna de mis hijas, porque aquí en mi casa es almacén, es archivo de Chava, oficina, por más que me guste la decoración y todo, hay cosas que se quedaron a un lado porque había que hacerle espacio a Chava, por todos lados está. José Alfredo tiene todo un departamento para su obra pero nosotros no. A lo mejor muchas cosas se tirarán, pero antes de que pase eso doné y seguiré donando muchas cosas a la Fonoteca Nacional. Uno de mis sueños era tener un museo como el de José Alfredo. Sería maravilloso poder tener un espacio así pero creo que todo llega cuando tiene que llegar. Me voy a morir, eso es seguro, y lo importante es que mi padre se haya quedado en un libro, en un disco en la Fonoteca, me he encargado también de llevar los libros a diferentes bibliotecas para que la gente pueda consultarlos, pero mientras yo viva seguirá habiendo material de Chava Flores. Aquí no se trata de hacer negocios, se trata de tener presente a un personaje, mientras a mí me pidan algo de mi papá aquí va a haber”.
En 2020, un año fatídico para la industria de la música, María Eugenia, de la mano de Álex Lora y otros rockeros, trabajaron en el disco “Chava Flores - Y que Viva el Rock & Roll” , un disco que no pudo salir en físico pero que apareció en plataformas digitales en diciembre, y que espera, pueda salir en físico este año.
El material contiene las versiones de Álex Lora, Jaime López, el Mastuerzo, Javier Bátiz, entre otros, pero desafortunadamente, el cierre de estudios por la pandemia retrasó el proceso, por lo que fue hasta diciembre que pudieron terminar y lanzar en redes el disco, pero Maru no descarta que haya un material físico.
“En cuanto al disco físico, quiero ver si lo puedo sacar a fines de enero, que es cuando se inaugura la expo en la Fonoteca Nacional con apoyo del director (se estrenó el pasado viernes), Pavel Granados, que es un personaje que conocí hace muchos años, gran admirador y conocedor de la música mexicana y sobre todo de la música de mi papá. A lo mejor seré la bendita afortunada de un inventario de discos de rock pero a lo mejor sí se vende. Todo esto ayudará a poner a Chava Flores en boca de otro tipo de públicos como el rockero”.
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María Eugenia también trabaja en el Catálogo de Oro de la SACM, una oficina que se encarga de los autores con los mayores éxitos. Entre esta y la otra labor, es difícil hacerse cargo de todo, y por ello no ha podido hacer un canal de Youtube de Chava Flores, aunque Spotify sí tiene, pero no lo descarta.
“No hay en youtube, hay muchas cosas subidas. Todos los videos de El Loco es producción de Ageleste, donde aparece Mauricio Garcés, es el DVD que me hizo Jaime Almeida la producción, y lo han subido, pero un canal como tal no he tenido. La compañía soy yo, alguna vez tuve una secretaria o un auxiliar que se dedicaban a hacer las facturas y todo lo de oficina y yo me salía a vender y promocionar pero desde hace tiempo yo barro la calle vendo el boleto y doy la función”, finalizó.
Álvaro Carrillo Jr. y Mario Carrillo, hijos de Álvaro Carrillo
Foto: Cortesía Álvaro Carrillo Jr.
"Sabor a mí", "Andariego", "Cancionero", "Amor mío", "La mentira", “Se te olvida” y "Luz de luna" son sólo algunas de las 300 canciones que registró el oaxaqueño Álvaro Carrillo (2 de diciembre de 1919, 3 de abril de 1969).
Cuando murió, el 3 de abril de 1969 a causa de un accidente automovilístico (días después murió su esposa, por lo mismo), sus hijos eran muy, muy pequeños.
Álvaro Jr. tenía 7, Mario 5, su hermana 3 y la más pequeña tenía meses de nacida. Sus hijos pasaron al cuidado de su abuela materna, y mientras tanto, el gran promotor de la obra de su padre fue Pepe Jara , quien descansa a los pies de la tumba de Carrillo. El hermano de su madre también cuidó del legado del artista hasta que los hijos crecieron.
“Mi abuela materna y que vivió hasta que yo cumplí 18, ella murió de cáncer, y fue allí cuando yo comencé a tomar las riendas de la obra de mi papá, lo hice investigando todo lo que había de él en compositores, editoras y también revisando entre los papeles y documentos que dejó. Él dejó muchas obras pero en este caso escribía partituras o guión musical y en otra hoja escribía la letra y así, pero nunca les puso título, no hay forma en muchas de ellas de encajar una cosa con la otra, pero sí hemos logrado cazar dos o tres canciones por el tipo de tinta. Mi hermano Mario y yo hemos seguido con la tarea de promocionarlo, esto es hablando con ciertos cantantes, con los cantantes de moda o tratando de comunicarnos con ellos, pero es muy difícil”.
Foto: Cortesía Álvaro Carrillo Jr.
Álvaro compartió que de alguna manera, su padre no necesita mucha promoción porque siempre, siempre hay alguien que versiona sus canciones. El mismo Armando Manzanero hizo un disco completo con canciones suyas.
De las 300 canciones registradas, 60 son las que tienen mayor interacción, entre ellas “Sabor a mí”, “La Mentira”, “El Andariego” y “Luz de Luna”. Ellos han registrado algunas otras que encontraron, sobre todo chilenas, y crearon la editora Edicarr, para cobrar las regalías de la mano con la SACM.
“Logramos administrar todo eso, ponernos abusados porque muchas canciones las grababan en varios lugares y nosotros ni en cuenta y hasta le ponían otros autores”, dijo el descendiente.
En 2019 se cumplieron 100 años de su natalicio, por lo que la familia realizó distintos homenajes con diferentes artistas.
“He partido mi vida en dos, lo que me gusta hacer es componer y generar obra, estudié mecatrónica y otras cosas, he estudiado arreglo; estoy por sacar la versión Big Band de “Sabor a mí” pero con un arreglo mío, que posiblemente salga este año. Fui catedrático de la Universidad La Salle Cuernavaca, hicimos la primera escuela de música de todas las universidades lasalianas. Ya como intérprete de mi papá, a fin de cuentas la gente me ubica como Álvaro Carrillo Jr. y lo que me piden en las presentaciones es música de mi papá, hasta que yo no tenga éxitos grandes yo sigo promoviendo la obra de mi padre”, compartió.
Álvaro Carrillo Jr. Foto: Cortesía Álvaro Carrillo Jr.
Entre los proyectos pendientes están el sacar una nieve con una famosa empresa mexicana cuyo nombre sea “Sabor a mí”, también el establecimiento de la marca de mezcal “Álvaro Carrillo”, proyecto en pausa por el momento y sobre todo, un museo itinerante y otro fijo donde el público pueda conocer su obra.
“Ahorita por las elecciones será difícil lo del museo itinerante con los gobiernos de Oaxaca y Guerrero, pero lo que queremos es hacer un museo en Oaxaca y un museo itinerante que vaya por todo el país, que haya presentaciones en varios estados de la república, que se quede un mes o dos en algunos museos o galerías, tenemos ropa, partituras escritas, varios escritos de él. Ahorita el único museo itinerante se presentó en la Fonoteca Nacional por medio de Pavel Granados y se llevó al aeropuerto de la CDMX. Cuando cambias de gobierno es tocar la puerta desde abajo, de repente se va alguien y tenemos que hacerlo casi todo de nuevo, pero lo bueno de Álvaro Carrillo es que todo el mundo lo quiere, no importa el partido político, la religión, el estrato social, él tiene fans de todos los colores olores y sabores, eso es muy bonito, que siempre nos han recibido bien”.
Actualmente, Álvaro trabaja en el estudio de grabación de la SACM, y su hermano Mario vive en Oaxaca. Mientras que Álvaro se enfoca en la difusión en el centro y norte del país, Mario en la de Oaxaca y todo el sureste. Álvaro Carrillo tampoco tiene una cuenta oficial de Youtube.
Darío Valdelamar, hijo de Ema Elena Valdelamar
Foto: Cortesía Darío Valdelamar
Cuando le preguntan a Paquita la del Barrio sobre el origen de uno de sus éxitos, “Cheque en blanco”, ella responde que no es una composición suya, sino de Ema Elena Valdelamar , una de las pocas compositoras mexicanas que lograron colarse en una industria dominada por hombres. Ema Elena nació el 27 de mayo de 1925 y murió el 23 de diciembre de 2012, a los 87 años de edad.
Al momento de su muerte, Darío Valdelamar , su hijo, recuerda que miró al cielo y dijo “Ojalá que allá arriba te den el reconocimiento que acá no tuviste”, pues Ema Elena nunca pudo vivir de sus composiciones, incluso cuando algunas dieron éxito y fortuna a sus intérpretes. Sin recursos económicos suficientes para crear su propia editora de música, con todos los contras en la industria de su tiempo, Ema Elena registró lo más importante de su obra en una editora que desde entonces, se queda con el mayor porcentaje económico de lo que genera la obra de su mamá.
“Mi mamá tiene como 10 o 15 canciones en esa editora y son las más fuertes. Ella decía: de qué me sirve que me graben ‘Mucho corazón’ si no me deja ni un quinto (...). Si tú me preguntas literalmente si viviríamos con las regalías de mi mamá, la respuesta es no. Tal vez ahora, si a ella le grabaran lo inédito podría ser, pero yo ya no metería esas canciones con la misma editora”, dijo a EL UNIVERSAL.
La razón por la que aceptó trabajar con dicha editora (cuyo nombre, el hijo prefiere no mencionar), es porque Ema Elena no tenía muchas opciones, además de que desde el principio de su carrera se había topado con personajes que la bloquearon de distintas maneras para que no pudiera dar a conocer su trabajo.
“Antiguamente, nada más había una o dos editoras en México y muchos autores del catálogo de oro como Agustín Lara, tenían que firmar en esa editora que te quita el 50 o eo 75% por ciento de lo que ellos dicen que se vendió”, comentó Darío, y agregó que estos contratos solían incluir la obra ya hecha, la que aún no habían escrito los autores y los derechos de su obra incluso después de muertos.
Entre las canciones más populares de Ema Elena se encuentran “Mil besos” y “Cheque en blanco”, popularizada por Paquita la del Barrio.
“Alguna vez mi mamá estaba platicando con Paquita la del Barrio y ella le dijo ‘Ema Elena, gracias a ti me pude comprar un rancho’, y es que le contó que muchas veces la contrataban por esa canción y por la de “Tres veces”. Fíjate nomás qué tristeza que la autora es la que menos ganó, todos ganaron, menos la autora, y en ese caso están muchos de los autores mexicanos”.
En el disco Romances I, de Luis Miguel, lanzado en 1991, se incluyó la canción “Mucho corazón”, de Ema Elena, así como “La puerta”, de Luis Demetrio, “Te extraño” y “No sé tú”, de Armando Manzanero y “La mentira”, de Álvaro Carrillo.
“Mi mamá con ese disco de Luis Miguel que salió hace 30 años, “Romance”, te puedo decir que en todo este tiempo no ha ganado 200 mil pesos (por los derechos), y te estoy hablando del disco que más ha vendido”.
Actualmente, Darío tiene 73 años, pero acompañó a su madre desde los 15 en sus distintos eventos musicales, que se intensificaron cuando se jubiló, pues así podía ir a distintos lugares para cantar sus composiciones. Sin embargo, Darío recuerda que cuando ella llegó por primera vez a la XEW, aún adolescente, con sus primeras piezas, con cierto desprecio la mandaron a la XEQ y allí entró y ganó un concurso de compositores.
En ese tiempo, Ema Elena también conoció a Mariano Rivera Conde, esposo de Consuelo Velázquez , director de programación de la XEQ. Desde ese momento, Mariano le hizo ver que no la quería, y que no le haría el camino fácil en esos medios de comunicación tan importantes.
Foto: Cortesía Darío Valdelamar
Varias décadas después de esa guerra declarada, Ema Elena se encontró a Mariano en un evento, y él aprovechó para pedirle unos minutos para contarle que estaba muy enfermo de cáncer y que antes de morir quería disculparse con ella por haberla bloqueado tantas veces.
“Don Mariano, ¿quién soy para perdonarlo?, está bien, pero a ver, devuélvame mis oportunidades”.
Hasta su muerte, Ema Elena siempre se sostuvo con los pocos ingresos que obtenía del IMSS como jubilada y con lo que ganaba en algunas de sus presentaciones, pero siempre tuvo una vida modesta, de acuerdo a Darío, uno de los dos hijos que tuvo, y el que se hizo cargo de la obra de su mamá tras su muerte, una tarea nada fácil porque dice, de alguna manera él también murió cuando murió su madre, cayó en una profunda depresión que tardo mucho, mucho tiempo en sanar, pero fue gracias al apoyo de su familia y de compositores como Armando Manzanero que pudo salir.
Desde hace varios años trabaja en la SACM, en la oficina del catálogo de oro, y dice que entre los pendientes que tiene con la obra de su madre está el poder sacar un nuevo disco con canciones de su madre y de otras autoras mexicanas como María Grever y Consuelito, un disco homenaje a estas mujeres de la industria.
También agregó que si bien por las grabaciones no cobran mucho como herederos, también hay otros pequeños cobros que les siguen llegando por la obra de su madre.
“La SACM cobra por ejecución pública, en la ejecución pública te queda un poco más de dinero, por ejemplo, si Paquita estuvo en el Auditorio y cantó 'Cheque en Blanco', a lo mejor de eso son 10 mil pesos, 7 mil 500 van para la editora y 2 mil 500 para mí y para mi hermana. Lo agradeces porque dices que qué bueno que te llega porque además no fue por mi talento, fue por el de Ema Elena, mi madre”.
Cuando Darío no pueda hacerse cargo de la obra de su madre, espera que su hijo pueda mantener y seguir trabajando con este legado tan importante.
Ema Elena murió en 2012, a los 87 años de edad. Su hijo recuerda que una vez, ya grande, fueron a una plaza en la Ciudad y un señor la reconoció.
-¿Déjeme estrechar su mano, es usted Ema Elena Valdelamar o se parece?
En ese momento, Ema Elena contestó
-“Soy, pero ahora ya nada más me parezco”.
Tiburcio G. Soler, hijo de Francisco Gabilondo Soler
Francisco Gabilondo Soler y su hijo Tiburcio G. Soler.
En entrevista con Tiburcio G. Soler , uno de los seis hijos de Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri (6 de octubre de 1907, 14 de diciembre de 1990), el heredero coincidió con los otros descendientes de compositores en lo difícil y pesado que es el camino de la promoción, pero afortunadamente, poco antes de morir Cri Cri fundó Gabsol, una editora de música que es la que se hace cargo de la música de su padre.
“Uno como heredero se vuelve tanto un guardián como un promotor de la obra de su padre, esto no sólo es caso de nosotros, esto le sucede a todos los hijos de los compositores, tienes a los hijos de Álvaro Carrrillo, a los hijos de José Alfredo Jiménez, a los de Chava Flores, hay toda una pléyade de autores que han hecho un gran legado al catálogo y ya no están, está su obra, pero estamos los hijos que nos tenemos que hacer cargo en mayor o menor medida de darle esa continuidad”, dijo a EL UNIVERSAL.
Foto: Cortesía Gabsol
Tiburcio contó que desafortunadamente, no todos los cantautores o autores tenían editoras que se hicieran cargo de administrar la obra, lo que generó que los creadores y por ende sus descendientes, no reciban casi nada de regalías de lo que genera el trabajo de sus padres.
“La mayor parte de los compositores, lamentablemente, sus catálogos están en manos de editoras musicales que son empresas que administran las obras, te dicen qué se puede grabar o qué no. El papel del editor era facilitar el acceso a la música pero resulta que ya no eran tan promotores y tan divulgadores de la música pero sí administradores, al final las canciones se conocían a través de las voces de los propios compositores y ya el editor solamente se dedicaba a cobrar, y llegó un momento en el que el editor dejó de cumplir fehacientemente con su papel, se volvieron muy cómodos”.
Foto: Cortesía Gabsol
Cri Cri no está en ese caso, dijo Tiburcio, lo cual es positivo porque muchas veces el hijo de un compositor no dispone de la administración de la obra, es decir, los permisos.
“En el caso de Cri Cri, él nunca estuvo con editores, o no de manera permanente, eso es una gran ventaja porque te permite justamente tener un criterio editorial. Francisco Gabilondo siempre decidió llevar su obra con una línea determinada de cómo podían grabarse los temas, las relaciones ideales”.
La obra de Francisco Gabilondo Soler comprende más de 200 canciones que sus hijos administran.
“Nosotros tenemos dos organizaciones para administrar a Cri Cri, una es Gabsol, que es la abreviación de Gabilondo Soler, Gabsol es una empresa fundada por el propio Francisco Gabilondo, él la organizó para que fuera una editora de música que se encargara de sus proyectos, él la fundó pero ya no la vio realizada, justamente la organizó poco antes de morir, murió un 14 de diciembre y en enero el notario dijo que ya estaban listos todos los papeles. Fomento Cultural Gabsol es una AC que se dedica al resguardo de todo el archivo histórico documental de Cri Cri, y es el que sostiene las relaciones institucionales no lucrativas que es con las instancias culturales, universidades, con todo aquello que no persiga fines de lucro”.
Alina Sánchez, hija de Cuco Sánchez
Foto: Cortesía Alina Sánchez
Cuco Sánchez es uno de los representantes de la época de Oro del Cine Mexicano , canciones como “Fallaste corazón”, “Grítenme piedras del campo”, “Qué rechulo es querer”, “Guitarras, lloren guitarras” se han quedado desde entonces en el gusto del público. El cantautor mexicano nació el 3 de mayo en Altamira, Tamaulipas, y falleció el 5 de octubre del 2000. De sus cinco hijos, es Alina Sánchez la que se hace cargo de la obra de su padre desde hace como siete años.
“Mi papá a todos los hijos nos dio carrera pero nadie se dedicó a la música, los últimos 25 años antes de dedicarme a esto fui maestra de inglés en primarias, que es una labor hermosa”.
Cuando su mamá murió en 2011, pasaron todavía unos años para que ella retomara el legado de su padre, que registró 298 canciones a lo largo de su carrera.
“Una como hija quiere ver el nombre de su padre siempre hasta arriba, coronado de éxitos y reconocimiento, lo que yo hago es muy humilde, lo que hago es solamente de corazón y agradezco el apoyo que he recibido de muchísima gente, he sido bendecida por tanta gente maravillosa. Mi mayor sueño te puedo decir es que dios me dé salud para poder seguir trabajando la obra de mi papá, tengo 76 años y no es fácil a esta edad la movilidad, la energía no es la misma, la memoria, las palabras, se te va dificultando, con amor todo se logra”.
Alina Sánchez. Foto: Cortesía
Alina contó que su padre es muy querido en su lugar de nacimiento, Altamira, donde normalmente se le hacen homenajes, y lamentó que en 2020, cuando se celebró el 20 aniversario luctuoso, la pandemia haya impedido que realizara un homenaje público en un teatro de la ciudad, con la participación de artistas como la soprano Karla Lazo. Este 2021 se conmemoran cien años de su nacimiento, pero debido a la condición del país, todo seguirá de manera virtual.
Foto: Cortesía Alina Sánchez
Además de varios homenajes a su padre, que era algo que ella quería, también lograron hacer un libro titulado “Cuco Sánchez, de Altamira, Tamaulipas, traigo esta alegre canción”.
“En un inicio, cuando me llamaron a colaborar con el libro de mi papá, tuve la gran fortuna de conocer a un gran amigo, Pavel Granados, que actualmente es director de la Fonoteca Nacional de México, tanto él como el editor Alejandro Cisneros me dieron una coacheada enorme para poder desarrollar la obra de mi papá, Pavel me instó a que me presentara ante más a compositores, y me reencontré con grandes personas como la hija de Chava Flores, que nos conocimos de niñas porque nuestras mamás fueron grandes amigas”.
Foto: Cortesía Alina Sánchez
Aunque sus recuerdos de infancia son un papá que se la pasa trabajando, Alina dice que lo recuerda con mucho cariño y cuida su obra con amor. Ella también trabaja en el catálogo de oro de la SACM.
“Yo te puedo decir que en nuestro caso, yo podría vivir de las regalías de mi papá, y te hablo de que somos cinco herederos en la actualidad, no viviríamos con el carro más maravilloso u opulentamente, pero yo que fui maestra tantos años, ahora estoy mejor”, y agregó.
“Es variable lo que te llega por los derechos, depende de lo que se ha trabajado la canción, si son actuaciones, eventos, shows, porque como sabes ya los discos adiós, ya no es como antes, lamentablemente la radio está tenemos dos estaciones que se dedican difícilmente a la música mexicana, en la república y en el extranjero te puedo decir que en Chile hay un programa que se llama Atardecer mexicano, con pura música nuestra, hay una admiración enorme por nuestra música, en Chile, en Colombia, en el extranjero se escucha mucho más la música mexicana que en la ciudad de México”.
José Alfredo Jiménez Medel, hijo de José Alfredo Jímenez
Foto: Facebook José Alfredo Jiménez Medel
Si de cantautores se trata, uno de los más emblemáticos es José Alfredo Jiménez . Uno de sus hijos, José Alfredo Jiménez Gálvez, se hace cargo de la oficina del Catálogo de Oro de la SACM, que alberga la obra de los más emblemáticos cantautores.
A través de discos, eventos, homenajes y demás proyectos, sus hijos han preservado su obra, que incluye canciones como “El último trago”, “La media vuelta”, “No me amenaces”, “Que te vaya bonito”, “Camino de Guanajuato”, entre muchas otras.
José Alfredo Jiménez Medel también tiene un proyecto llamado “Así fue mi padre” , un concierto en el que también cuenta anécdotas curiosas del cantautor y da voz a sus canciones emblemáticas de la mano de invitados especiales.
En entrevista con EL UNIVERSAL, comentó.
"Siempre ha sido un orgullo ser hijo de alguien que es muy querido por toda la gente y no solamente en México, mi papá es querido en todo el mundo de habla hispana, continuamente, a través de las redes sociales nos llegan videos, comentarios de la gente alrededor del mundo, lo mismo de España que de Colombia, Francia, Argentina, Canadá, Estados Unidos, donde la gente nos expresa esa admiración y el gusto que tienen por las canciones de mi papá, por eso más que nada para mí ha sido un orgullo que conlleva una responsabilidad, uno trata de ser, en la medida de las posibilidades humanas, una buena persona, porque al final de cuentas los actos que los hijos hacemos no son juzgados tanto por nosotros, sino que siempre uno corre el riesgo de ser señalado, de que dicen : ‘el hijo de José Alfredo Jiménez hizo tal o cual cosa’ para bien o para mal, eso conlleva una responsabilidad”.
Foto: José Alfredo Jiménez Medel
Recordó que su padre siempre fue un artista muy responsable, y es así como se mantiene en el corazón de sus amigos y sus fans.
“Él fue una persona muy querida por la gente, que cumplía con todos sus compromisos, nunca dejó tirada una gira, una función, por andar en la fiesta o simplemente por irresponsabilidad, al contrario. Una persona muy responsable, profesional, muy exigente para mostrar en el escenario lo que él quería mostrar y siempre tenía un absoluto respeto ante todo por el público y eso es algo que nos transmitió a sus hijos y es la forma en la que trato de conducirme por la vida".