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En el teatro a veces el estreno no es la mejor función de la temporada, por lo que hay que dejar que el elenco siga madurando su interpretación, lo mismo pasa con el espectáculo del Guerra Tour de Carlos Rivera que la noche de ayer regresó al Auditorio Nacional por cuarta ocasión y fue mucho mejor que el ofrecido hace seis meses en el arranque de su gira.

“Buenas noches Auditorio”, fueron las primeras palabras de Carlos Rivera, pero bastó para que un grito eufórico de sus fans llenara el recinto, expresión que se repitió cada vez que el cantante movía las caderas al ritmo de "Amo mi locura".

“Qué increíble estar aquí de vuelta por novena ocasión, como dije la primera vez nunca subestimen el poder de un ‘riverista’, miren lo que son capaces de hacer. Esta noche hemos traído nuestra guerra por cuarta ocasión, pero no es una guerra cualquiera es por alcanzar nuestros sueños. Disfruten el show aquí como quieran porque yo soy de ustedes”, expresó el intérprete después de cantar "Amo mi locura".

Sí, el concierto era el mismo con el que arrancó la gira hace unos meses, pero lo que lo hacia diferente era la energía de sus seguidoras que cantaban cada uno de sus temas como si 10 mil voces se convirtieran en una, así se escucharon temas como "Serás" y "Voy amarte".

“No les ha pasado que piden algo con todo el corazón y cuando llega dicen, eres los que estaba esperando, eso me pasa con ustedes, quisiera verlas a los ojos a cada una de ustedes y decirles gracias y que soy yo lo que siempre esperaban”.

Carteles románticos, una bandera de Costa Rica y hasta una botarga en forma de avión con un mensaje que decía “Capitán permiso para aterrizar en su corazón”, salieron a relucir para que el originario de Huamantla las eligiera para subir con él al escenario y les cante al oído Cielo azul y Juego de ajedrez; por supuesto la ganadora fue la botarga que albergaba una emocionada fan que no dejaba de tocar y abrazar a Carlos Rivera.

El momento de la nostalgia y de recordar a los seres queridos que han partido, llegó con "Recuérdame" y "Luna del cielo", tema con el que Rivera lloró y explicó la razón.

“Hace ya un poco mas de un año tuve el honor de cantar esta canción ("Recuérdame") y que a muchos nos llenó el alma, porque sin querer significó algo que yo había vivido”, y recordó que cuando tenía 8 años le escribió una canción a su abuela como un pacto de amor, que ella no se iría del todo, y quiso grabarla porque sabía que al igual que él muchos tenían un ángel de luz, enseguida cantó "Luna del cielo" y cientos de celulares encendieron sus luces.

En la parte alta del Auditorio la luz iluminó una bandera de Venezuela, fue entonces que Carlos dijo: “Levantemos la voz por los que están sufriendo, ahora veo una bandera de Venezuela y quiero que sepa que estamos con ustedes… que nadie les diga que no pueden alcanzar sus sueños”, declaración que tuvo eco entre el público con un grito a aprobación y el cantante les dedicó "Grito de guerra".

Entre las sorpresas de la noche estuvo el anuncio que los boletos para el 20 de junio se agotaron y abrirán otra fecha, el 21 de junio, que llevará a Carlos Rivera al escenario de Auditorio por onceava ocasión.

"Las mañanitas" comenzaron a sonar para él y agradeció aunque faltarán ocho días para su cumpleaños 33 y 15 años de carrera artística, que comenzó con sus primero pasos en "La Academia", reality el cual recordará siempre con cariño.

“Gracias por permitirme estar aquí, con mejores cosas por vivir”, dijo el cantante.

Sus éxitos "Sólo tú" y "Fascinación" fueron interpretados, antes de que Carlos Rivera y los 17 artistas que los acompañaron en el show, entre músicos, bailarines y coristas, se unieran en un abrazo y agradecieran al público por tan fabuloso concierto, ya que su ánimo siempre estuvo arriba y jamás decayó el espectáculo.

El recinto se oscureció y de nueva cuenta los celulares iluminaron la noche para pedir un tema más y la respuesta fue positiva, Carlos volvió para cantar "Me muero", con el cual invito a formar parte de la cultura de donación de órganos.

“Llevamos muchas ciudades, muchos conciertos y aun no sé como agradecer momentos como éste, que haya venido gente de muy lejos para este concierto, mi único deseo es que ojalá haya valido la pena… gracias por todo como pagarles”.

Antes de las luces del escenario se apagaran de manera definitiva, representantes de Sony Music y Westwood, la agencia de representaciones que lleva a Rivera, subieron a escena para entregarle varios reconocimientos: Doble Platino del disco "Yo creo" , un Platino del álbum Guerra, un Disco de Oro por el sencillo "Regrésame mi corazón", un Disco de Platino por el tema "Me muero," además de una placa por 100 mil boletos vendidos en el Auditorio Nacional.

Pero la sorpresas no quedaron ahí, el licenciado Roberto Núñez y Anabel Alvarado, representantes del gobierno de Tlaxcala, le entregaron una placa por haber aceptado ser embajador turístico y cultural de Tlaxcala en México y el mundo, en el marco de los festejos por los 500 años de la fundación de esta entidad.

“Nada me hace más orgulloso que venir de donde vengo, hace justo una semana estaba en el escenario de Viña del Mar, era un sueño que también parecía imposible, y lo primero que hice fue decir que yo venía de la provincia más chiquita de México y de un pueblo mágico llamado Huamantla.

“No importa de donde vengas tú y cuales sean las condiciones que están a tu alrededor, si tú tienes un deseo en el corazón ese sueño se cumple, ese corazón soñador se queda aquí y seguirá siendo hasta que ustedes quieran. Gracias por todo esto, pero sobre todo por hacerme tan feliz”, dijo Carlos Rivera antes de terminar su concierto con una fiesta en el escenario y "Amo mi locura".

rad

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