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Si le preguntan a Carlos Ann sobre futbol, su respuesta inmediata es que no le interesa. ¿Por qué? porque desde el punto de vista del cantante es una de las tantas cosas que ponen a competir a los seres humanos, en lugar de unirlos, derivando en muchas otras cosas.

“Eliminaría el verbo competir y lo cambiaría por compartir, los niños crecen con el competir competir competir. Siento que queda mucho para cambiar, no se trata de ganarle al otro humano”, expresó.

Lamentablemente la industria musical tiene exigencias similares que la de este deporte.

“Es un ritmo muy acelerado, la industria discográfica ya es un sinónimo del capitalismo actual; lo que pasa es que allí lo que debes saber es si quieres o no quieres estar o si quieres o no seguir ese ritmo. Yo me he quedado con el arte, con el afán del arte y hay una cosa muy buena, Nietzche decía que el arte impide que muramos de realidad”.

El próximo 7 de julio, Carlos presentará un show en el Lunario del Auditorio Nacional pero que no se queda en el concierto, él mismo lo define como un acto litúrgico, una ceremonia en la que presentará los temas de su reciente disco Mapa mental y otros. El encuentro no se grabará en video porque lo que quiere es que la gente que acuda se lleve una experiencia única, irrepetible.

La primera parte se va a dedicar a Mapa mental, la segunda irá a los discos Descarado, La nada, Entre lujos y otras miserias. El tercer tiempo tendrá una vibra enigmática y sensorial gracias a los guitarristas Juan Carlos Allende y Enrique Rodríguez, quien trabajó con Chavela Vargas.

Carlos dijo que se siente en un momento clave de su carrera y recordó que Wilde decía que todos necesitamos dos vidas, una para ensayar y otra para actuar.

“Creo que mi carrera está comenzando ahora, quiero componer una canción o algún trocito de canción o un verso como Leonard Cohen”, compartió.

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