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Con 20 años y sin abandonar sus estudios en la Berklee College of Music, Camila Fernández se quiso adentrar al mundo de la música sin importar que el apellido pudiese traerle comparaciones con su padre Alejandro o su abuelo Vicente.
En entrevista, la cantante indicó cómo el tener un apellido como el Fernández no le causa conflicto.
“No pesa (el apellido). Lo veo más como una bendición y como un regalo de vida, me tocó vivir en esta familia y resultó que también quería cantar. A mí desde muy chica me dijeron que encontrara mi estilo y forjara mi camino, entonces por eso estoy haciendo algo muy mío”.
Camila explicó que es gracias a la música que escucha que entendió la línea que quería seguir cuando llegara el momento de dedicarse a la música, hecho que sucedió ahora con el lanzamiento de su EP titulado Mío, con el que debutó el viernes en la escena musical.
“Estoy feliz de escuchar todo y que ya tengan un pedacito de mí, todo terminado, todo masterizado, todo visto como mil 500 veces hasta que dijimos: ‘ya lo podemos soltar’. Sí saqué lo meticulosa de la familia y creo que soy un poquito peor, corregida y aumentada”, bromeó.
Además de ese perfeccionismo en su trabajo, la joven contó cómo es que su gusto musical es muy diferente del que promueven sus familiares.
“Yo crecí escuchando influencias musicales totalmente diferentes a las que mi papá o mi abuelo. Los tres queremos dejar muy en claro que somos tres líneas totalmente diferentes, yo crecí escuchando jazz, me enamoré del blues, del reggae, también R&B y quise poner un poquito de todo en estas canciones”.
Esta diferencia incluso sale a relucir al ser cuestionada sobre con quién le gustaría trabajar en un futuro.
“A mí me gustaría trabajar con Dua Lipa, me gusta mucho y se me hace increíble, también Bruno Mars, Bomba Estéreo, Jenny and the Mexicats ¡y Beyoncé! Sería mi meta en la vida decir: ‘bueno, ya grabé con ella y ya me puedo morir feliz’, porque crecí escuchándola. Es buena actriz, cantante y mamá, tiene todo planeado y yo quisiera ser como ella”, dijo la joven de 20 años.
Toma las cosas con humor. La hija de El Potrillo subrayó que aun cuando muchas de las cosas que pasan en su familia se vuelven de interés público, desde sus relaciones hasta situaciones como un conflicto de su papá en un avión comercial (por las que él se disculpó), ella se mantiene enfocada en lo bueno e, incluso, muchas veces, toma las especulaciones con gracia.
“Me río mucho porque yo sé la verdad, sé cómo estuvo, cómo pasaron las cosas y lo disfrutamos porque vida sólo hay una”.