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“Sky Rojo nos convirtió en leonas”, dice Yany Prado, protagonista de la serie de Netflix que se despide de la historia en su tercera temporada.
La actriz cubana dio vida a Gina, una mujer víctima de la trata de personas que en cierto momento enfrenta a su proxeneta y escapa de él junto con sus dos amigas Wendy (Lali Espósito) y Coral (Verónica Sánchez).
La serie creada por Alex Pina y Esther Lobato (La casa de papel) retrata una problemática social a través de un drama de acción y comedia que deja ver la humanidad de tres mujeres que, víctimas de un delito encuentran su fuerza en la unión.
“Sabíamos que el tono era arriesgado. cuando llegamos a grabar la serie decidimos unirnos como actores y buscábamos ser responsables con un proyecto que contiene un tema tan serio. Tienes que ser valiente para interpretar a cualquiera de estos personajes”, dice Prado.
En la tercera temporada, las tres protagonistas han logrado al fin tener una vida normal y son libres reflejando las emociones que atraviesan como cualquier otra mujer.
Gina, por ejemplo, está embarazada y eso la ha llenado de esperanza, pero de pronto tienen que enfrentarse de nuevo a la furia de su pasado cuando Romeo, el proxeneta, decide tomar venganza sobre ellas.
“Esta vez ya no me preparé retomando a mi niña interior o basándome en víctimas de trata sino que me basé en lo que es mi hermana, que es una madre soltera con dos hijos, mi mamá también, exploré en la parte maternal de la mujer e investigué mucho sobre esa energía y el sentimiento que nace en una mujer que va a ser madre”, detalla la actriz.
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Para Prado, este personaje fue un reto a nivel personal porque implicó superarse como migrante, salir adelante en medio de un sistema patriarcal y demostrar su capacidad actoral, pero también porque buscó dar visibilidad a las mujeres que están envueltas en esta problemática social y cómo es su vida.
“La trata es uno de los negocios ilícitos de más antigüedad y que todavía sigue, es cosa de no apartar la vista y tomar conciencia, denunciar cuando haya que denunciar. Informarte es ayudar, a pesar de que la serie es ficción y totalmente pop latino, al final sí llegas a concientizar, hay algo en el espectador que cambia”, señala.
“Tenemos que seguir (hablando de esto) porque la historia de ellas pudo haber sido yo o mi hermana, le pasa a una y nos pasa a todas, el trabajo de nosotras como feministas es darnos un lugar, no mejor ni peor sino para establecer que somos iguales”, agrega.
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