El movimiento Poder prieto, integrado por más de 200 personas de la industria del entretenimiento, reclama la importancia y la urgencia de existir y abrazar la morenitud en México, que no se ve representada en la televisión, el cine, el teatro y la publicidad.
"Es clarísimo cómo no existe esa representación en los puestos importantes, tanto enfrente de las pantallas como detrás de ellas”; Maya Zapata, actriz.
Desde niña, dice Maya Zapata en entrevista, no se ha visto reflejada en la industria en la que trabaja debido al pensamiento de una sociedad que fue obligada hace cientos de años a negarse a sí misma, a desconocer su color de piel, a avergonzarse de él: “Es clarísimo cómo no existe esa representación en los puestos importantes, tanto enfrente de las pantallas como detrás de ellas”.
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La actriz de series como El secreto de Selena y Run coyote run considera que la pandemia mostró todas estas cosas que no nos habíamos atrevido a ver.
Desde el año pasado, la actriz ha puesto el tema sobre la mesa y ahora es parte de este movimiento que está abordando el tema y tomando acción. Reconoce que este año hay mayor fuerza y determinación, y que un factor importante en este proceso fue lo ocurrido a Fátima Molina cuando protagonizó Te acuerdas de mí en Televisa y fue criticada por su color de piel y sus rasgos físicos, pero también por el hartazgo de no ver representado al grueso de la población en la pantalla.
El actor y cantante Jorge Aranda tampoco ha escapado del racismo. En su familia es uno de los pocos con su color de piel. Cuenta que siempre lo llamaron “prietito” o “negrito”, y aunque era de cariño, hoy ve fotografías de su infancia en las que aparece echándose talco porque quería ser “blanco”. La última década no ha dejado de actuar y de hacer música pero, señala, todo el tiempo está sorteando circunstancias que no deberían ocurrir, como que no lo dejen entrar al set de grabaciones de alguna película porque no parece actor, o como que la policía lo detenga en la colonia en la que vive desde hace años por parecer sospechoso, aunque sólo vaya caminando como otras personas.
“Como actores no es que no tengamos trabajo, es cambiar la narrativa, ¿por qué un actor o actriz blanca sí puede hacer a la señora pobre, a la señora rica, a la de la cárcel, al taxista, a la abogada, ¿y por qué a las personas morenas en muy pocos casos nos dejan castear para el rico, el exitoso, el profesionista o el protagonista?, a menos que el protagonista sea el pobre, pero en la mayoría de los casos los morenos somos el malo, el pobre, el de servicio, el mesero, la que hace la limpieza”.
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Un ejemplo, expone el histrión de Narcos: México y Paramédicos, es una serie que está por estrenar, en donde todo gira en torno a una persona que hace la limpieza, todos los personajes alrededor son morenos.
Una lucha de todos
“Esta lucha se centra en desarticular la blanquitud de la mente, ahorita estamos celebrando el color de piel porque es parte del proceso, reconocer y darnos chance de amar nuestra piel morena porque no nos dieron permiso de hacerlo. Lo siguiente es entender cómo esto es un sistema porque nos oprimen. También vemos poco a personas de otras orientaciones, de otras preferencias sexuales con piel morena que tengan sobrepeso o tengan otras características. Eso nos obligará a complejizar nuestras narrativas”, dice Zapata.