Fue hace 16 años que Mon Laferte aterrizó en la Ciudad de México proveniente de Chile. Hoy subió al escenario del Palacio de Bellas Artes donde, cuenta, tocaron sus ídolos, Juan Gabriel y Chavela Vargas.
Y lo hizo frente a 1,400 personas, y respaldada por la orquesta de la sierra de Oaxaca Viento Florido, homologando la voz potente de la mexico-chilena con las 48 integrantes de la orquesta de vientos.
Entre el silencio de cada canción se dejaron escuchar los “¡Te Amo!”, de varios de sus seguidores, a quienes Mon, cada tanto respondió, “Yo también”, con una voz baja, mientras Mon los miraba con ternura.
Presa de los nervios la cantante tuvo que hacer una breve pausa para hidratarse después de la tercera canción. Por un momento se encendieron las luces y la artista salió de la tarima.
Cuando volvió se sinceró, “Que difícil los nervios, aparte de las lágrimas que quieren salir, es la garganta la que traiciona es muy difícil tocar aquí, estoy muy emocionada”, dijo a su público que la cobijó con aplausos y alaridos.
Antes de continuar preguntó a las mujeres de Viento Florido como se encontraban para seguir el repertorio, pues confesó, las jóvenes también estaban nerviosas antes de salir al escenario de Bellas Artes. Las artistas asintieron sin decir una palabra, y el show continuó.
Una vez Mon se sintió más cómoda en el escenario, comenzó a sonreír, a bailar, y disfrutar de todas las formas posibles que conoce, moviendo coqueta las caderas hacia su público, abriendo los brazos, girando, mirando al techo, cerrando los ojos durante cada interpretación.
Se manifiesta
Entre la fiesta de canciones clásicas de Mon Laferte, está se detuvo para interpretar lo que describió un himno del movimiento feminista, “Canción sin miedo”, pero sin la compositora de la canción, Vivir Quintana en el escenario.
“Lamentablemente sigue siendo muy necesario cantar esta canción, alzar la voz. Hoy queremos honrar a Vivir Quintana, que no está aquí esta noche, pero vamos a cantarla en su nombre desde Bellas Artes”, las voces femeninas se apoderaron del Palacio, y destapó las primeras lágrimas entre los presentes.
El show continuó con temas especiales y emotivos que siguieron conmoviendo a la cantante, cómo “Te juro que volveré”, de su disco más reciente “Autopoiética”, que le escribió a su abuela.
“Este tema es muy especial para mí porque habla de la migración. Llegué hace 16 años a la CDMX y es maravilloso como años después estoy aquí. Soy muy escéptica pero quiero pensar que mi abuela está en algún lado disfrutando del éxito de su nieta, la escribí para ella”, dijo Mon, y continuó entregándose a su público.
Homenaje a sus ídolos
En ese mismo escenario del Palacio de Bellas Artes cantó Juan Gabriel en 1998 a la edad de 40 años, mismos con los que Mon debutó en el recinto este sábado por lo que decidió dedicar una canción al Divo de Juárez, “Hasta que te conocí”.
Y para seguir honrando a sus máximas influencias, decidió referenciar a Chavela Vargas diciendo una frase, que hizo a Chavela permanecer en el imaginario mexicano para siempre, pese a ser nacida en Costa Rica.
“Los mexicanos nacemos donde se nos pega la chingada gana”, dijo Mon Laferte recordando a Vargas, compartiendo a los capitalinos en esa oración el amor que siente por México y cantó “María Tepozteca”.
El público respondió gritando: “!Mon, hermana, ya eres mexicana¡”, y la cantante sonrió y respondió bromeando “Y, si”, pues la chilena obtuvo la nacionalidad mexicana en noviembre del 2022.
Antes de finalizar el público disfrutó de “Amor completo”, “Tu falta de Querer”, “Mi buen amor” y “Tormenta”, con la que se despidió soltando lágrimas en su interpretación y en medio de las palmas del público, que se puso de pie para ovacionar su entrega.
“Quiero que sepan que estoy dando todo de mí, mi corazón, mi voz, para ustedes”, dijo Mon antes de despedirse repitiendo el tema con el que abrió la noche “Dios Nunca muere”, pues el público exigió otra, pero no tenían una extra ensayada.
La orquesta Viento Florido cerró y acompañó en su salida del recinto al público interpretando los últimos compases del “Huapango de Moncayo”, y Mon Laferte desapareció de la tarima.