Las canciones de Mon Laferte son escuchadas por 10.8 millones de apasionados oyentes en Spotify cada mes, eso equivaldría a la mitad de la población entera de su país, Chile, sin contar la respuesta de sus fervientes seguidores en otras plataformas o en conciertos en vivo.
Pero la vida de la chilena no ha sido sencilla: ha sentido el vacío de la carencia, el del abandono del padre y las diferencias casi irreconciliables con la madre. Lo peor, el abuso de un hombre, la depresión, problemas de salud, el intento de suicidio y una lucha interminable por destacar en la industria de la música.
La cantante ve indispensable desmitificar la figura de las celebridades, en especial respecto al bienestar emocional, algo que puede verse en el documental Mon Laferte: te amo, disponible en Netflix.
“Es importante hablar de la salud mental. Documentales como este abren la posibilidad de poner en conversación un tema que ha estado muy estigmatizado, aunque cada vez menos. Sin embargo, aún hoy en día se usa el término ‘loca’ para hacer sentir mal a las personas”, dice la intérprete de “Tu falta de querer” en entrevista con EL UNIVERSAL.
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A pesar de varios acercamientos para documentar su vida, la cantante dice haberse negado porque consideraba difícil abrirse de manera tan personal. Para ella, la mejor forma de hablar de sus vivencias era desde sus letras,con temas como “Pa’ dónde se fue”, que retrata la ausencia paterna, o “Si tú me quisieras”, canción que va sobre el desamor.
Hasta que llegó el cineasta Jaime Villarreal, de la productora Blackstar, quien la convenció de este proyecto, dirigido por Joanna Reposi Garibaldi (realizadora y artista visual chilena) y Camila Grandi (quien ha trabajado en videoclips de artistas como Francisca Valenzuela y Ana Tijoux).
“Al principio me daba mucho pudor, pero conocía a Jaime, quien llegó con una actitud muy bonita y me dijo: ‘Mira, veamos qué sale. No hay nada que comprometer”.
El trabajo no sólo muestra sus momentos difíciles mientras camina por las calles de Viña del Mar o visita su casa de infancia, sino que revela las alegrías y desafíos de su embarazo tras dos fecundaciones in vitro. La llegada de su primer hijo en 2022, remarca Mon, fue uno de los momentos más importantes de su vida personal y artística.
“Empezaron a seguirme con la cámara justo cuando estaba embarazada. Fue importante para mí porque sentía que sería bonito tener un recuerdo de ese tiempo, intentando ser mamá y artista a la vez”, narra.
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La historia se desarrolla en dos líneas temporales. La primera la sigue durante su gira mundial de 2021 y 2022. La segunda transporta al pasado, donde se exploran las raíces de su vida y los eventos que han moldeado su trayectoria.
“Cuando empecé a trabajar directamente con las directoras, me di cuenta de cuánto las respeto y admiro. Me resultó más fácil abrirme con ellas porque me sentí como si estuviera hablando con amigas”, relata la compositora, quien en 2022 obtuvo su nacionalidad mexicana.
Pese a lo que ha vivido, Mon hace una reflexión final: la importancia de la sanación: “Hoy intento reducir el peso dramático en mi vida. Aunque mi arte tiende a serlo y me encanta explorar ese aspecto estéticamente, trato de ser lo más estoica posible en mi vida cotidiana”.
“En mis canciones, expreso lo más visceral y primitivo de mí, pero en mi día a día, intento ser serena”.