Excelso fue el concierto de Napoleón en el Auditorio Nacional, para miles de personas que pudieron disfrutar de una velada mágica, llena de nostalgia, recuerdos, pero sobre todo de amor, al escuchar un recorrido por los éxitos de uno de los cantautores más reconocido en México, que celebró sus 50 años de trayectoria musical.
Aproximadamente a las 20:30 horas, las luces del Coloso de Reforma se apagaron y después de una introducción musical, que incluyó un remix instrumental de algunos de sus éxitos, José María Napoleón salió al escenario con su tema, “Ella se llamaba Martha".
Una lluvia de aplausos que recibían al cantante invadió el lugar y con gritos de emoción continuó con “Corazón, corazón”, “Amor de habitación” y “Atrévete".
“Es un día muy especial, porque estamos todos aquí y yo no sé cómo darle gracias a Dios y a la vida, el hecho de que ustedes hayan hecho posible todo esto que ha sucedido en mi vida, ha pasado en este año cosas muy difíciles, la perdida de tres amigos muy queridos y hoy doy gracias a Dios de estar con todos ustedes de esta hermosa ciudad”, dijo el cantante al saludar a su audiencia.
“Amo esta ciudad por tantas cosas, porque aquí me hice, aquí empecé cruzando las calles, cantando camiones, hice muchas cosas, gracias por permitirme estar aquí, gracias queridos amigos, no tengo palabras”, añadió.
El compositor estuvo acompañado por una escenografía que rebosaba de elegancia, detrás del escenario se colocó un panel de luces que iluminaron todo el lugar, y en cada lado del templete estaban dos pantallas que proyectaban distintas imágenes, entre ellas el nombre del cantante.
Así continuó “Amiga mía”, “Celos”, “Ven dame un beso”, pero fue con el tema “Molino rojo”, que empezó la parte acústica, en donde el cantante invito al escenario a un cuarteto de cuerdas que lo acompañaron en varios temas, el público quedó tan conmovido que al término de su presentación acústica decidieron hacerle una porra.
Y de una manera incrédula por la reacción del público, El Poeta de la Canción sorprendió a sus admiradores con la presentación del Mariachi Imperial Azteca, así inició la serenata con el tema, “Aún estoy de pie”, un tema de su autoría pero que hizo famoso José José.
Han pasado cinco décadas desde que Napoleón inició su carrera, un largo camino que está lleno de éxitos y aunque ya necesita de algunas breves pausas para recobrar el aliento, su voz y fortaleza siguen intactas como cuando inició, dejando impactados a todos los asistentes que desean desde lo más profundo de su ser, que no se retire de los escenarios, “El siguiente año me presentaré de nuevo para decir adiós”, dijo y el público gritó “No, por favor no lo hagas, te amamos”.
Una infinidad de lágrimas brotaron cuando el intérprete comenzó a cantar “Sin tu amor”, una canción que le compuso a su mamá antes de morir, y con un golpe de adrenalina, todos gritaron y cantaron con emoción “30 años”, uno de los temas más esperados.
Y como lo había prometido ante los medios, el cantante interpretó otros temas que compuso y que de una manera fortuita las cantó El Príncipe de la Canción, ”Lo que no fue no será”, y “Tu primera vez”.
Sencillo, carismático y siempre atento a su público, el compositor nacido en Aguascalientes, invitó a su hijo José María al escenario, con quien cantó “Hombre” y le dio la oportunidad de que demostrara con su voz de lo que es capaz, teniendo una muy buena respuesta del público, “Suegro”, le gritaron por todos lados del lugar a Napoleón que respondió con una sonrisa “por mi está bien”.
Ya en la recta final, interpretó las canciones más deseadas por todos, “Pajarillo”, “Eres” y con “Vive”, puso a toda la audiencia de pie y se despidió, “Gracias por todo, gracias, nos vemos el año que viene, hasta siempre”.