Las imágnes son del 29 de marzo de 1981. La princesa Diana despide en el aeropuerto de Heathrow al príncipe Carlos, quien se va a un viaje de una semana. Diana, de acuerdo con el relato, se acaba de enterar que su esposo la engaña con Camilla Parker, duquesa de Cornualles.
“Pero decidí ser amable y dejarlo ir. Mi corazón se rompió”, dice Diana, de acuerdo con el documental que Netflix lanzó esta semana, titulado Diana: en sus propias palabras.
Este fragmento fue tuiteado por la plataforma para promover este material, el segundo que lanza a propósito de esta etapa de la historia de realeza. El otro es la tercera temporada de The Crown, en la que también aparece un príncipe Carlos infiel y amoral.
La serie, evidentemente de ficción, fue la primera que provocó críticas encabezadas por lord Forsyth, de Drumlean, quien acusó a Netflix de que la serie es mentirosa y falsa.
“Lo que hacen es absolutamente impactante. Cada día que pasa el daño es mayor porque la gente cree que esa cosa es una verdad. Netflix usa su cuenta corporativa (de Twitter) para esta cosa dañina y desagradable”.
El ministro de Cultura lo secundó al pedir a Netflix que dejara claro que se trata de una ficción para que el público no se confunda.
Oliver Dowden escribió a la plataforma un mensaje en el que pide que, antes de postar mensajes a sus más de 500 mil seguidores, se asegure de explicar que The crown es una ficción.
La respuesta de Netflix no fue precisamente de conciliación o aceptación. Por el contrario, publicó el tuit con el fragmento del documental de la princesa Diana en el que se narra lo que sucedió en esos días a través de una carta que le escribió a un amigo.
“Muchas de las preguntas que se hacen, son respondidas aquí”, publicó Netflix junto con el fragmento que contiene imágenes en video de aquel día en el aeropuerto en el que en efecto se puede ver a Diana abatida, mientras Carlos sube feliz y corriendo al avión. Llueve, por cierto.