San Sebastián.—En un hueco entre su trabajo como jurado en el Festival de San Sebastián y la presentación de su premiada cinta Nuevo orden en la Sección Perlak del certamen fílmico, EL UNIVERSAL charló con el cineasta Michel Franco.

Para el mexicano ésta es una película que le gustaría que provoque en México “el reconocimiento de que estamos viviendo de manera equivocada y que, si no buscamos más igualdad, si no hay empatía, hay poca esperanza. Quisiera que la película sea una alerta para decir no lleguemos a eso”.

Franco contó una anécdota sobre Alfonso Cuarón.

“Justo me encontré a Alfonso hace tres años en Cannes y le dije ‘voy a hacer una película a la que tal vez la gente le vea similitudes con Children of men’ y él me dijo que su filme atendía algo que ya era una realidad desde años atrás y que urgía ser retratado, que él no era un visionario y que lo mío sonaba bien y que le alegraba que estuviera haciendo lo mismo. Cuando ya tenía escrito el guión, los chalecos amarillos y otros acontecimientos mundiales me confirmaron que iba por buen camino”, contó Michel, que conserva el optimismo y espera que no lleguemos al extremo que se plantea en el filme.

Franco agregó que debemos asumir que estamos viviendo mal y que tapar el sol con un dedo no va a resolver nada.

“Que la clase privilegiada que decide tener más guardaespaldas y más pistolas y más bardas se dé cuenta de que eso no va a ayudar en nada, eso no va a cambiar las cosas, se necesita algo más profundo”, aseguró el cineasta a quien le gustaría que la película sea valorada en México por el lado cinematográfico, “que es lo que más me importa”, pero que también se discuta y haya interés por el lado social.

Nuevo orden, según su creador “no es una película con ninguna afiliación política, no va por ahí, eso caducaría muy rápido, además la escribí hace seis años y el Eficine nos lo dieron hace tres, entonces no es una película que atiende a la actualidad en el sentido político”.

A Franco le gusta contar con actores que ya conoce bien en el set, ese es el caso de Darío Yazbek, con quien ha trabajado ya en cuatro ocasiones.

“Filmar es muy difícil y lleno de retos, tensión, entonces voltear y ver cómplices y amigos de tantos años detrás y frente a las cámaras me ayuda mucho. Además, en una película como ésta en la que tantos personajes con poco tiempo en pantalla tienen que profundizar mucho, contar con la confianza y el talento de los actores es la única manera de lograrlo”, explicó Michel.

Acerca del premio en Venecia destacó: “Para mí era importantísimo el reconocimiento del festival más antiguo del mundo con un muy buen jurado y en un año muy especial porque de alguna forma valida la película. Es muy importante volver a México con un premio así porque el León de plata es un galardón enorme que le da a la película la atención que espero reciba”.

Después de la emoción y tensión que implica estar compitiendo en un festival de la talla de Venecia ahora Michel disfruta estar del otro lado como juez.

“La parte de poderme sentar a ver muchas películas por día, sobre todo después de tantos meses de ayuno de cine, me urgía y es algo que estoy gozando. Ahora por fin estoy relajado porque antes de presentar el filme en Venecia fueron meses de ansiedad. Soltar una película siempre es complejo y más ésta”.

Como jurado, lo principal para el mexicano es encontrar un filme completamente nuevo.

“Me gusta mucho cuando el cine te sorprende y te presenta cosas que no viste venir”.

Respecto a la comparación con cintas que han causado furor como Joker o Parásitos Michel ahondó en la idea de que le alegra la relación porque al final “desde Corea, EU y ahora desde México —aunque cuando salieron estas cintas yo ya tenía Nuevo orden escrita— estamos hablando de un tema que urge retratar y la urgencia con la que lo hacemos es prueba de que el mundo está a punto de explotar y no lo queremos ver”.

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