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Playa del Carmen.— Angélica Aragón dice que nació dentro del cine. Hace 65 años a México llegaban producciones extranjeras con gente como John Wayne y su papá, José Ángel Espinoza, fue compositor y actor en la llamada Época de Oro del cine mexicano.
“Se hicieron muchas coproducciones importantes que nos vinculaban con el mundo; que se filmaban de seis a ocho meses”, recuerda.
“Así que mi incursión en el cine fue casi sin querer, pero eso no le quita la responsabilidad que le doy”, agrega.
Aragón (El crimen del Padre Amaro y Mirada de mujer) recibió el reconocimiento Xcaret, en el marco de las actividades previas a la entrega del Premio Platino, a lo mejor del cine y series iberoamericanas, a realizarse el domingo.
Manolo Caro (No sé si cortarme las venas o dejármelas largas y La casa de las flores) fue el otro receptor de galardón. Esta semana el realizador de 36 años firmó con Netflix para generarle contenidos.
“Cuando empiezan a llegar los reconocimientos hay una sensación de que también uno va creciendo. Hay nuevas generaciones y hay que labrar un camino para que lo que viene en el mundo del arte en este país sea más factible, de mayor acceso para las generaciones que vienen”, destaca Caro.
Adrián Sola, de la Federación Iberoamericana de Productores Cinematográficas y Audiovisuales recuerda que en la región se producen actualmente más de 800 títulos anuales, los cuales son vistos por más de 700 millones de espectadores.
“Reflejan nuestra realidad y riqueza cultural, las culturas unidas para un mundo mejor”, indica.
“La idea era generar una plataforma de promoción y reconocimiento para todo nuestro sector”, apunta.