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Las matemáticas ponen de buenas a los exhibidores mexicanos: en 11 de los 12 fines de semana que hasta el momento contabiliza el año, se ha superado la barrera de los 2 millones de boletos vendidos, siendo más de la mitad de lo que se registraba en la prepandemia.
Hasta antes de la llegada del Covid-19, las salas en fin de semana promediaban 4.5 millones de butacas ocupadas; en este 2023 se promedia 2.4 millones, según se extrae de cifras de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine).
“El pasado rebasamos los 2.6 millones, siempre eso es la clave y ya se ve como un comportamiento bueno, creemos que va a seguir levantando y seguramente a finales de año estaremos (en taquilla general) al 80% de lo que teníamos en prepandemia”, considera Tábata Vilar Villa, directora de la Cámara.
Lo más importante de todo, indica, es que cada vez más estudios y plataformas streaming voltean a ver a la pantalla grande como una ventana necesaria.
Durante 2021, títulos como Cruella y Black Widow fueron lanzados principalmente online y algunas en estrenos paralelo.
Ahora mismo en cartelera, de forma exclusiva, se tienen las más recientes entregas de sagas como Creed, Scream y John Wick, así como de franquicias que esperan recaudar buenos números como Calabozos y dragones.
“Esta discusión álgida de que se iba a acabar el cine ya no es. Cada vez se convencen más (los estudios) de que el modelo de negocio no puede dejar de explotar algo en sus diferentes momentos, no debe brincarse el generar riqueza en la primera ventana (los cines), ahora la cartelera está bastante completa”, expresa.
Lo que sí cambió durante la pandemia, destaca Vilar Villa, fue el periodo entre una corrida comercial en salas y su llegada a streaming: de 90 días que se manejaba, se redujo a 45 días, dependiendo los acuerdos.
En cuanto a películas mexicanas, celebra la decisión de ¡Que viva México!, dirigida por Luis Estrada, que salió con más de 3 mil pantallas y durante sus primeros cuatro días de exhibición registró más de 300 mil asistentes.
Recuerda que los primeros grandes números del año fueron proporcionados por la comedia Infelices para siempre, protagonizada por Consuelo Duval y Adrián Uribe, la cual contabilizó cerca de 1.8 millones de espectadores. “Fue como el regreso de ese cine de entretenimiento para todo el público, que estaba en la lona con la pandemia”, opina.
La Cámara, junto con las escuelas CCC y ENAC, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas y la Asociación Mexicana de Filmadoras, realizó el primer Boot Camp Fílmico, buscando captar nuevo talento para el audiovisual.
Bajo el patrocinio de la Motion Pictures Association, en alianza con EFD, Casazul y Procine, entre otros, se busca que más personas puedan incorporarse al mercado laboral del audiovisual, con certificación de por medio.