Los días de Plácido Domingo son como los de cualquier otro, la pandemia por el Covid-19 lo ha mantenido más tiempo en casa, por las tardes suele disfrutar de algún partido de futbol o echa un vistazo a la última película de Netflix . Pero, con todo, en los albores de sus 80 años, el Maestro no podría ver la vida de manera habitual.
En su memoria destaca aquella vez en que muy joven desembarcó en el puerto de Veracruz. Regresaba después de una larga ausencia, acompañado de su tía Agustina y su hermana Maripepa, hasta que vio a sus padres en el muelle: estaba en casa, en el país que lo recibió desde los ocho años, en donde encontraría el amor y que dejaría a los 21, tras haber cimentado a uno de los mejores tenores del mundo.
No todo ha sido de ensueño, en los últimos meses, Domingo se contagió de Covid-19 y enfrentó acusaciones que dañaron una imagen hasta entonces intachable.
En agosto de 2019, la agencia Associated Press reportó acusaciones de presunto acoso, en su mayoría anónimas y que se remontaban a hace dos o tres décadas atrás. El ahora barítono no ha sido investigado o juzgado por ningún tribunal u otro órgano de investigación institucional bajo ningún cargo, pero su silencio ante las acusaciones provocaron que fuera aún más señalado.
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“Ciertamente lo que he pasado desde mediados de agosto de 2019 me ha causado mucho dolor”, se confiesa con EL UNIVERSAL. “Duele ver lo que está escrito o dicho sobre ti por gente que ni siquiera te conoce pero que a pesar de esto está dispuesta a juzgarte y herirte, haciéndote parecer algo que no eres. Me equivoqué al guardar silencio durante demasiado tiempo y permitir que las conjeturas y los malentendidos siguieran creciendo, como un río desbordado”.
Plácido Domingo ofrece una entrevista con memorias de sus ocho décadas de vida, que incluye algunos recuerdos, momentos buenos y también los desagradables.
Foto: Enrico Martinelli: EFE
¿Qué le diría a ese joven que debutó en el Teatro Degollado de Guadalajara en 1959?
—Le diría... muchacho, prepárate para un camino muy largo, cuesta arriba pero con grandes satisfacciones y si te caes... como le pasa a todo el mundo... vuelve a levantarte y trata de entender dónde te equivocaste, ¡pero no te detengas! Sobre todo le diría que es un joven afortunado porque su gran pasión se convertirá en su trabajo y, a su lado, el cielo pondrá maravillosos seres queridos que sabrán apoyarlo y guiarlo, especialmente en mi madre y mi esposa Marta. Oh, y también le diría... mi querido muchacho, no lo creerás, ahora estás debutando como barítono, pero esperarás medio siglo para convertirse otra vez en barítono... ¡y mientras tanto serás tenor!
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Hace unos días perdimos al maestro Armando Manzanero, él decía que uno de los mejores consejos que podía dar era aprender música desde la infancia...
Mi familia y yo nos hemos enterado con gran dolor del fallecimiento del maestro Armando Manzanero ; en su música está la esencia de México, sus melodías son eternas y han llegado a todos los rincones del mundo. Tuve el privilegio de cantar el dueto de “Adoro” con él al pie de la pirámide de Kukulkán en Chichén Itzá, donde él la cantó en maya y yo en español.
Respecto a la música, tuve la suerte de crecer “en la música” porque desde pequeño fue una parte esencial de mi vida junto con los juegos, los deportes, la escuela... Pasaba horas en el teatro escuchando la zarzuela, me fascinaba ese mundo en el que mis padres eran los protagonistas. Cuando mi gran familia se reúne en Acapulco siempre disfrutamos haciendo música juntos: una vez con el karaoke y ahora que mis nietos han crecido mi esposa Marta y yo disfrutamos de verdaderos conciertos.
“Cuando me recuperé de Covid-19 me di cuenta de que no podía terminar así, que tenía que volver a levantarme y defenderme rompiendo el silencio”
El mundo ha cambiado, ¿hay algo que eche de menos de su juventud? ¿Algún consejo para los jóvenes?
El mundo ha cambiado pero muchos de sus cambios han sido positivos, bastaría pensar en los grandes avances de la medicina y en los sistemas de comunicación instantánea. El mundo de la juventud es totalmente cibernético pero espero que no descuide las relaciones humanas y que aprenda a valorar también la realidad, lo palpable, y lo físico.
El consejo sería que disfruten el momento que están viviendo y no se apresuren por el mañana sin haberse disfrutado el hoy. Nunca se hagan ilusiones de que ya han llegado y, sobre todo, mantengan siempre los pies bien plantados sobre la tierra. Hoy en día, con demasiada frecuencia nos sentimos tentados por “parecer” en lugar de “ser”, pero en nuestro trabajo el contacto con el público es directo y cada vez que interpretamos un personaje sobre el escenario, tenemos que dar vida a una emoción.
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Sabemos que sin muchos, pero recuérdenos algunos momentos emblemáticos que usted considere haya tenido en su carrera, ¿qué aprendizaje le dejaron?
Los momentos más decisivos de mi carrera fueron mi debut a los 27 años en el Metropolitan de Nueva York en Adriana Lecouvreur y a los 28 años en La Scala de Milán en Ernani, para el estreno de la temporada y con un reparto histórico.
Ciertamente también mi debut en Otello a los 34 años en Hamburgo, porque Otello ha sido la piedra angular de mi carrera y abordar este personaje me enseñó a no separar nunca el canto de la actuación. Y luego ciertamente la elección, muy especial para un cantante latino, de abordar los papeles wagnerianos, que me han dado una enorme satisfacción.
Cuando le hablan de México, ¿qué imágenes le vienen a la mente, Maestro? ¿Hay algún lugar en especial de este país al que suela viajar en su imaginación?
¡Ah, los más bellos e indelebles recuerdos están ligados a esta tierra! Porque desde los ocho años hasta los veintiuno viví en México. Recuerdo como si fuera ayer, que divisé a mis padres desde el barco entrando en el puerto de Veracruz después de una larga ausencia, y una larga travesía, éramos, mi tía Agustina, mi hermana Maripepa y yo.
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Un domingo favorito para mí era cuando veía un partido de futbol en la mañana, pasaba a ver una corrida de toros en la Arena México en la tarde e iba al Teatro a ver la última función de noche dominical de mis padres. Entre el partido de futbol y la corrida de toros, disfrutábamos de una deliciosa paella que, a pesar de que mis padres tenían dos o tres funciones los domingo, mi Madre siempre nos preparaba.
81 MINUTOS aplaudió el público a Plácido en Viena, 1991. Tiene el récord a la ovación más larga.
7 ÓPERAS FILMADAS tiene el cantante como Carmen y La Traviata, ganadoras del Grammmy.
¿Qué se siente estar en el umbral de los 80 años? ¿Cómo es un día normal ahora en su vida? ¿Es un hombre de rutinas, quién es su mejor compañía o su espacio favorito? ¿Ve televisión, Netflix, películas, consume redes sociales?
Me siento muy bien, sobre todo cuando pienso en los años en francés... “Quatre-vingts” ¡porque cumplo cuatro veces veinte!
Mi día, si no tengo ensayos o una representación, comienza con mis ejercicios, un duchazo y un buen desayuno con fruta. Luego puede haber reuniones, mensajes que responder y llamadas telefónicas que hacer. Siempre reservo un tiempo para estudiar, que normalmente es al final de la tarde y se extiende hasta la noche, cuando puedo concentrarme mejor.
Todos los demás momentos libres los paso con mi familia, especialmente el almuerzo y la cena. Si hay oportunidad voy al teatro con mi esposa por la noche, y si estamos de vacaciones en Acapulco , entonces por la noche los chicos nos hacen un concierto o jugamos juegos de mesa. Durante el día mar y piscina todos juntos.
En la tarde vemos partidos en la tele o las últimas películas en Netflix.
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¿Cuáles serían los momentos más complicados que ha enfrentado en su vida y carrera? ¿Qué aprendió de ellos?
Los momentos más difíciles fueron la pérdida de personas muy queridas de mi vida. En mi carrera, he podido tener algún problema de salud, pero nunca me he visto obligado a interrumpir mi trabajo a excepción de los períodos de convalecencia y eso ha sido una gran bendición .
En los otros momentos difíciles como los que hemos pasado recientemente, con el padecimiento y la superación del Covid , mi esposa Marta y yo nos hemos dado cuenta que hemos tenido a nuestro lado a personas realmente maravillosas que nos han apoyado en todo momento, sin dejarnos nunca solos y esto nos ha dado mucha fuerza.
Sobre lo sucedido en 2019, todos los testimonios de mujeres, hay situaciones complicadas por todo su contexto, ¿hay algo que quiera decir al respecto?
Ciertamente lo que he pasado desde mediados de agosto de 2019 me ha causado mucho dolor. Duele ver lo que está escrito o dicho sobre ti por gente que ni siquiera te conoce pero que a pesar de esto está dispuesta a juzgarte y herirte, haciéndote parecer algo que no eres.
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Me equivoqué al guardar silencio durante demasiado tiempo y permitir que las conjeturas y los malentendidos siguieran creciendo, como un río desbordado que no se puede detener. Cuando me recuperé de Covid-19 me di cuenta de que no podía terminar así, que tenía que volver a levantarme y defenderme rompiendo el silencio. Así que accedí a reunirme con los medios, porque fue en los medios donde me juzgaron. Desgraciadamente, me di cuenta de que con demasiada frecuencia al juzgar y condenar mediáticamente a alguien, que nos dejamos llevar y nos creemos la opinión de los demás, en lugar de mirar la verdadera sustancia de esa persona.
Finalmente, ¿cómo pasará el día de su cumpleaños 80 en medio de la pandemia?
Pasaré el 21 de enero en Viena con mi esposa y dos de mis hijos, Plácido y Álvaro , tranquilo y callado, ya que al día siguiente, primero Dios, cantaré Nabucco en la Ópera de Viena . Lamento que debido a las dificultades para viajar durante este período, mi hijo mayor Pepe, mis nietos y el resto de mi familia tanto española como mexicana no podrán estar con nosotros. Nunca antes las distancias se han hecho tan grandes. Lamentablemente, debido a las restricciones por el riesgo de contagio, la obra será en un teatro vacío, pero afortunadamente se emitirá por televisión.
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Quiero enviar un sincero agradecimiento a todos aquellos que me han seguido en tantos años de mi carrera y que ya me están enviando cariñosos mensajes de buenos deseos en mis redes sociales y por correo. A todos ellos les deseo que esta pandemia termine pronto y así podamos volver a nuestras vidas y a la normalidad con más entusiasmo que antes, y así recuperar todas las cosas hermosas que tuvimos que dejar en estos meses.