La actriz y comediante Verónica Toussaint nunca perdió su sentido del humor y siempre se mostró fuerte durante sus últimos días de vida, cuando estaba luchando contra el cáncer de mama que padecía.
Así lo expresó en entrevista con EL UNIVERSAL su amiga y compañera Mariana H, con quien compartió cámara durante el programa “¡Qué chulada!”, en donde convivieron durante mucho tiempo.
“Me duele hasta el alma, estos últimos días no la pude ver porque estaba en el hospital, en estos días tan complicados su actitud era como siempre increíble, con humor, bulleando, echando desmadre como era su naturaleza”, indicó la experta en música y literatura.
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La noticia de la muerte de Toussaint se dio la noche de este jueves, quien tenía 48 años; sus últimos días los pasó en un hospital, “el tiempo que estuvo ahí no lo sé y si lo supiera no lo diría”, dijo Hérnandez, apellido completo de H.
“Lo que más recuerdo de ella es que hasta en los últimos días que hablé con ella, que fue hace dos días, estaba echando desmadre, volando muy alto y dejando como muy claro que ella estaba bien, que pasara lo que pasara ella iba a estar muy bien”, señaló la conductora de radio.
A ella la conoció en el área de maquillaje en Grupo Imagen, pero anteriormente la había escuchado en el programa de radio “La Corneta”.
“Me había causado mucha gracia. El legado que deja en el entretenimiento es que era una señora que sabía cómo manejar el humor, tenía todas las tablas del mundo; dejó de ir a ‘¡Qué chulada!’ unos tres meses, pero no tenía que ver con esto (su enfermedad), ella quería hacer otros proyectos.
Tenían comunicación en clave
En el día a día, mencionó que lo más chistoso era que ambas hablaban en clave, pues Toussaint era de las que mejor convivencia tenía con todo el staff, sin embargo nadie más entendía lo que las dos colegas decían entre sí.
“Nos entendíamos con una mirada o con una respiración, eso te lo pueden comprobar todas las conductoras y los miembros del staff, nada más con voltearnos a ver, con una respiración sabíamos lo que estábamos pensando, llegó a ser una comunicación súper intensa y que nos daba risa de lo que decíamos, sin decir una sola palabra, con una mirada, era suficiente”.
ag