Les tomó más de una década llevar a cabo la adaptación de la obra musical que se estrenó en 2010, y a su vez estuvo inspirada en la novela de 1988 escrita por Roald Dahl. La intención fue que la nueva Matilda sea distinta a la que se vio en 1996, en la cinta dirigida por Danny DeVito, ya que ahora será vista por una generación de niños con condiciones sociales distintas.
Inclusión, violencia infantil e igualdad son algunas denuncias que se tomaron en cuenta en Matilda, de Roald Dahl: el musical, la nueva cinta que se estrena el 25 de diciembre en Netflix. Dennis Kelly, el guionista, reconoce que fue necesario resaltar las características de fuerza y valentía en Matilda para mostrar a los niños de hoy un ejemplo de resiliencia ante las adversidades.
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“El verdadero súperpoder de Matilda es su coraje y que es realmente valiente y eso inspira a un montón de niños a levantarse y pelear por el bien y pelear el poder, lo hace sin decir: ‘soy especial’ y eso es lo atractivo de ella, no se pone de pie y te dice lo increíble que es, simplemente sigue adelante”, dice Kelly en entrevista.
Interpretada por la actriz de 13 años Alisha Weir, Matilda es una niña con un coeficiente intelectual muy superior al de cualquier adulto que la rodea, pero con los padres equivocados, pues Harry (Stephen Grahamy) y Zinnia Wormwood (Andrea Riseborough) no deseaban tener una hija, no le ponen atención, ni se dan el tiempo de descubrir su capacidad.
Por si fuera poco, en su nueva escuela se encuentra con una directora que castiga a los niños al estilo militar: Tronchatoro (Emma Thompson). Pero tiene dos aliadas, la maestra miel (Lashana Lynch) y la señora Phelps (Sindhu Vee), una bibliotecaria que le ayuda a incentivar su imaginación.
“Nuestra Matilda realmente le diría a la gente: ‘Nunca tuve una cuenta de Instagram y también eso es genial’, ella simplemente hace lo que cree que es correcto”, detalla el guionista.
La película está basada en la novela de 1988, que es una historia británica, por eso las escenas de esta nueva producción se filmaron en Londres durante la pandemia.
Con un toque oscuro, a través de cada escena, los personajes, en su mayoría británicos, dan lecciones sobre la capacidad de los niños de ser responsables, valientes e inteligentes sin importar su corta edad.
El director Matthew Warchus contó que lo más díficil fue trabajar con 300 niños en el set, no sólo con las restricciones Covid, sino con tiempos limitados porque los menores de edad pueden trabajar sólo ciertas horas. Ensayaron dos meses.
“Hice la película en el teléfono y con los guiones gráficos, una animación completamente antes de que hiciéramos la película real, así que hay una versión borrador porque necesitábamos hacer eso para ensayar”, cuenta Warchus.
Tim Minchin, el compositor de la música, tomó este recurso como herramienta para mejorar el impacto emocional de los temas que se tocan.
“Traté de transmitir tranquilidad y hablar sobre hacer frente y rebelarse contra las personas que son déspotas, encontrar personas que los amen y los apoyen pase lo que pase (a los niños), ya sea que sean o no su familia real”, detalla Tim.
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Con canciones como “Soy rebelde”, “Algo travieso” y “Al ser mayor”, Matilda y sus compañeros de escuela se pronuncian ante las injusticias.
“Es importante en nuestra cultura que sigamos contando historias sobre resiliencia y valentía y ser dueño de tu propio destino porque para algunas personas eso es más difícil, creo que la existencia de esas historias puede ser profunda para los niños”, señala Minchin.