Catalina Aguilar Mastretta ha luchado durante años por alejar a sus personajes de la crítica social. La cineasta mexicana, hija de la escritora Ángeles Mastretta y el periodista Héctor Aguilar, creció en un ambiente donde las historias son primordiales, pero no fue hasta que presentó al público mujeres fuertes y libres que se sintió reprimida.
En su segunda película, Todas queremos a alguien, que estrenó en 2017, recibió comentarios como, “esta película trata de una chava que es muy zorra”, pues el personaje principal, de 32 años, tiene varios novios.
“Yo decía, ‘¿cómo puede ser que la gente esté diciendo eso en el siglo XXI? Esos juicios son aberrantes y me da mucho gusto que ahora en la ficción haya mujeres libres sin que se preocupen en lo más mínimo por esas cosas”, dijo en entrevista.
Con su trabajo como directora en los últimos dos capítulos de la serie estadounidense Ginny and Georgia, considera que está lejos de estos estereotipos machistas, pues la serie creada por Sarah Lampert, que ha sido una de las más populares en Netflix, presenta a personajes que expresan su libertad romántica y sexual sin que esto sea considerado un agente transgresor.
“Me gusta mucho verlo retratado sobre todo en la idea de empoderar a las mujeres jóvenes a sentirse dueñas y libres de explorar y hacer lo que van creyendo y de cometer errores. Lo que me gusta de Ginny and Georgia es que ni siquiera está mínimamente prometido el juicio”.
“Me gusta mucho la idea de empoderar a las mujeres jóvenes a sentirse libres de explorar y cometer errores”. Catalina Aguilar Mastretta. Cineasta
La serie se hizo popular en gran medida por una crítica que la cantante Taylor Swift hizo a un diálogo en uno de los últimos capítulos, dirigido por Mastretta, donde la protagonista dice: “Cambias de hombre más rápido que Taylor Swift”.
La cantante señaló esta acción como una broma profundamente sexista. Al respecto, la directora dijo que la intención fue todo lo contrario.
“Es una escena profundamente autodestructiva donde Ginny está diciendo una serie de cosas que no cree, horribles sobre sí misma, sobre su mamá y de pasada, sobre Taylor Swift; que se tomara como una broma vacía es una manera muy pobre de leer ese diálogo”.