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Los personajes de Sésamo se adaptan a los tiempos.
No solamente para sortear la entrada de nuevas tecnologías sino para retratar las problemáticas que vive la sociedad.
A los clásicos Elmo, Beto y Enrique se han sumado nuevos muppets como uno con VIH en Sudáfrica o Julia, quien padece autismo.
“El panorama mediático se ha transformado tanto en estos años, ahora sabemos que la experiencia es fragmentada y lo que hacemos es estar en la mayor cantidad de plataformas posibles, en un ecosistema”, comenta en entrevista Brenda Campos, directora de Sésamo en México.
La serie de televisión educativa enfocada en los pequeños nació en Estados Unidos en noviembre de 1969. Hace 50 años.
La versión mexicana llegó tres años después con personajes como Pancho, Lola y Abelardo.
“Somos considerados el educador informal más grande del mundo”, explica.
Para Campos cada región tiene una necesidad diferente por lo que las tareas como organización no gubernamental se vuelven más específicas.
“En América Latina definitivamente tratar el tema de obesidad y diabetes es crucial porque México tiene el número uno en obesidad y diabetes infantil”, detalla.
Lugares como Irak, Siria y Líbano también tienen necesidades, por lo que, comenta, ya preparan un programa para tratar los temas de las familias desplazadas de Siria.
Compromiso social. De acuerdo con Campos, la labor de Sésamo es ayudar a que los niños sean fuertes, inteligentes y amables además de que desarrollen habilidades cognitivas, emocionales y físicas.
“(Queremos) dar estrategias a los padres para que con las herramientas que ya tienen puedan apoyar al desarrollo de sus niños”, dice.
“Siempre aparte vamos a tener comunidades más marginadas y más vulnerables, nuestra misión es cómo nos aseguramos que todos tienen las mismas oportunidades”, explica.
Como parte de la intención de volverlos atractivos al público a Beto y Enrique, entre otros, se han sumado personajes como Diego Luna y recientemente Yalitza Aparicio.