Hace 84 años, el cómico Mario Moreno ilustró una página de El Universal, su personaje de peladito, el famoso Cantinflas , convertido en caricatura, explicaba sus orígenes en el mundo del entretenimiento a través de una mini historieta que promocionaba una cerveza.
“Pos la mera verdá, joven, como le iba diciendo, yo personalmente, cual debe ser, nací en el barrio de Santa María la Redonda y todavía de escuincle baboso me pelé de mosca hasta la mera Ciudad Juárez donde comencé a vacilar en una carpa”, se lee en el primer dibujo que muestra a Mario Moreno colgado de un ferrocarril en búsqueda de su destino.
*Mis jefes con la ayuda, complicidad y ora sí que las buenas intenciones de mis cuates, me obligaron a volver a México. Y uno, como tiene anhelos de correr el mundo, pos ahí tiene nomás joven, que cada vez que podía huir de la vecindad, seguía mis relajitos en los pueblo, ganando algunos “fierros” en los pueblos, ganando algunos “fierros” en los teatros de “poca pomada”.
*Bueno, dije yo para mis adentros, reflexionando en mi conciencia, caray, por lo mismo puede uno, ora si que esmerándose mucho hacer trabajos curiosos… Y fui de aquí pa’ llá, hasta que me contrataron en una compañía de comedias, pa’ hacer tipos de los míos. Yo creo que tal vez pudiera haber sido por mi presentación y buena presencia.
*Yo a lo mucho digo que, ora verasté, haciendo las cuentas, tengo 26 años ¿o no?, digo, asegún mi memoria. Mi fácil palabra y opiniones me han abierto toditas las puertas. Lo mismo en la radio que en el teatro y los cabarets, la gente de sociedad, a la que no pertenezco, me aplauden rete harto y gano mis mugrosos pa’ vestirme como se debe.
*Bueno, joven, mi filosofías es como le digo… ¡Bueno! ¿Qué pasó? ¿Apoco no me explico? ¿Qué relajo es este? Porque a lo mejor pusiera suceder que los extravíos de su mente. Viéndolo bien, a mí pa qué decirlo, me gusta poco el licor, pero eso sí tú sabes que en los momentos felices no hay compañera más pareja y “riata” que la “Monterrey” tipo lager. ¡Tan rete chula y fresca! … últimamente yo la disparo, porque la dicha, joven, ¿quihubo?... ¿vamos?... ¡sopas!.
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Su destino eran los aplausos, las ovaciones que iniciaron en las carpas, llegaron a los teatros, salas de cine y se extendieron hasta los hogares, donde se hizo costumbre para muchas familias mexicanas disfrutar de los domingo viendo las película de Cantinflas.
El genio de la comicidad nació en 12 de agosto de 1911, hace 110 años, en el barrio de Santa María la Redonda, en el centro de la Ciudad de México, donde abarrotó todo tipo de escenarios, impulsó la Época de Oro del cine mexicano e hizo reír a chicos y grandes con sus peculiar estilo que fue motivo de fama mundial.
La muerte, que no lo tomó por sorpresa, llegó de la mano del cáncer de pulmón el 20 de abril de 1993, sus millones de fanáticos se entristecieron y se volcaron a las calles de la capital para despedirlo como él lo merecía y hacer suyas frases como: “No hay derecho”,“No que no, chato”, “Ahí está el detalle”, entre muchas más.
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La gracia de Cantinflas en El Universal
Este diario fue testigo del andar artístico de Mario Moreno, en sus páginas se anunciaron sus películas, sus presentaciones teatrales y sus participaciones radiofónicas, como aquella que tuvo en diciembre de 1951, cuando intercedió y pidió apoyo para la mejora de la Basílica de Guadalupe.
“Cantinflas, estableciendo un maratón radiofónico, estará hoy presente en la XEW, actuando en todos los programas desde las 12 hasta las 22 horas, para ‘cuchilear’ a los que todavía se están haciendo “guajes” y que no hayan cooperado a las obras de construcción de la plaza de la Basílica de Guadalupe. Prepárense a romper sus alcancías ustedes los ricos y nosotros los pobres, porque del ‘sablazo’ de Cantinflas, ese día, nadie se salva”, se lee.
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Mario Moreno actuó en más de 50 películas, la mayoría de ellas en blanco y negro que se presentaron en cines monumentales como el Alameda, el Colonial, y el Palacio.
Mario Moreno en la cinta "Águila o sol", en 1938. Hemeroteca EL UNIVERSAL
"Ahí está el detalle", 1940
Cantinflas en "Ni sangre ni arena", en 1941. Hemeroteca EL UNIVERSAL
"Los tres mosqueteros", 1942. Hemeroteca EL UNIVERSAL
"Los tres mosqueteros", 1942. Hemeroteca EL UNIVERSAL
La última película de Cantinflas
En octubre de 1981, en una residencia de San Ángel, iniciaron las grabaciones de lo que sería la última película de Mario Moreno, un homenaje a los barrenderos , donde compartió créditos con María Sorté, Roxana Chávez y Úrsula Pratts . En una conversación con este diario, el actor explicó que se trataba de un filme que dignificaba a las personas que mantenían limpia la ciudad.
“En mis filmes toco temas de política, de la sociedad, con el afán de hacer una crítica constructiva. En esta ocasión he querido referirme a aquellos que son muy importantes para la salud del pueblo. Los que tienen a su cargo la limpieza de la ciudad y que son los que mantienen un ambiente sano, terminando con la contaminación. Deben ser reconocidos, yo lo hago con gusto y puedo dar un mensaje social para que todo mundo lo reciba de una forma entretenida”, explicó.
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Vestido con un overol naranja, que no pierde el estilo de lo bombacho y caído abajo de la cintura, Cantinflas encarna a Napoleón, un barrendero que tenía flechadas a varias sirvientas de la colonia residencial.
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Doce años antes de su muerte, Cantinflas estaba seguro de no querer retirarse, al contrario, pensaba que de todo lo que había aprendido debía compartirlo con los nuevos talentos.
“La siguiente película siempre debe ser mejor que la última. Esta es una de las metas que me he propuesto. hay más capital, mejor disposición para hacer de calidad las cosas, cada vez, en una palabra, hay una experiencia. Me pregunta que si alguna vez me he de retirar, y yo contesto que no es necesario, que además cada día tengo más experiencia como actor y como humano no debo desaprovecharla”.
Salinas de Gortari despide a Cantinflas
Treinta minutos después de la muerte de Mario Moreno Reyes, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari expresó su pésame con un sentido mensaje en el que reconocía la grandeza de su talento que había despertado la admiración de varias generaciones.
“Un admirable talento y una entrañable sensibilidad popular hicieron posible la creación de un personaje como el de Cantinflas, que llevó alegría a numerosas generaciones de mexicanos y a niños, mujeres y hombres de todo el mundo. Cantinflas exaltó de manera excepcional la agudeza y la dignidad de nuestro pueblo”, expresó.
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El mandatario le había ofrecido un homenaje de una semana que se llevaría a cabo en junio, tres meses después de su muerte, pero el tiempo ya no alcanzó, el cáncer de pulmón derrotó a Cantinflas, quien falleció sereno y en familia, así lo contó su hijo Mario Moreno Ivanova.
“Murió sereno y consciente de que estaba próximo al fin. Sabía de cómo su mal se precipitó en las últimas horas; su conciencia, tranquila, satisfecho de su vida y su obra”.
En el velorio, Jesús Martínez “Palillo” recordó con nostalgia cómo desde hace 60 años mantenía una amistad con Mario Moreno, y que, en efecto, su amigo ya esperaba la muerte.
“Lo conocí en la carpa, hace más de 60 años. Esperaba la muerte como esperaba el aplauso y la risa de nosotros”.
En el funeral llegó sorpresivamente Carlos Salinas de Gortari, decidió posponer su salida a Veracruz para hacer guardia de honor por algunos minutos al féretro que contenía los restos de don Mario Moreno.
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A él se le unieron Rafael Tovar y de Teresa, Ignacio Durán de Loera, Julio Alemán, José Carreño y Mario Moreno Ivannova.
“Cantinflas es ya una leyenda que los mexicanos vamos a mantener viva siempre. Estamos consternados por la pérdida de un verdadero hijo del pueblo, este es un momento triste pero también de recuerdo, y para reafirmar el cariño que tenemos por este gran mexicano que fue Cantinflas”, dijo acongojado.
Las esquelas, que lamentando la partida del cómico, eran recordatorios de que México perdía a un gran actor y un excelso compañero que siempre luchó por los derechos laborales de sus compañeros, como secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica y como presidente de la Asociación Nacional de Actores (ANDA).
Todos lloran por Cantinflas
Cantinflas era más que el personaje del lenguaje entretejido y la gabardina pequeña, en una entrevista que dio en 1992, un año antes de fallecer, Mario Moreno aseguró una cosa: Cantinflas no existiría sin Mario Moreno y viceversa, pues eran dos seres en uno solo.
“Mario Moreno y Cantinflas nacieron el mismo día y a la misma hora, con el tiempo, Mario Moreno le dio vida a Cantinflas que ya lo traía adentro; somos una persona nada más”, dijo convencido al programa “Ocurrió así”.
El integrante de una familia de 14 hermanos, siempre supo que su personaje era un portavoz de las causas justas, hacía eco de las problemáticas sociales como la pobreza, la corrupción y la desigualdad social, claro, con un estilo único que fue catalogado como cantinflear, término que la Real Academia Española define como “hablar o actuar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada con sustancia”.
México le llora a Cantinflas. Hemeroteca EL UNIVERSAL
Pese a que Mario Moreno cantinfleaba en sus películas, también hacía reír y dejaba un mensaje social que hizo que la gente se identificara mucho con él, así lo explicó en aquella entrevista.
“Cantinflas es un personaje que protesta en contra de la injusticia; no tiene nada pero quiere hacer algo por alguien. Mi personaje es tan humano, tan sincero, que posiblemente por eso la gente lo entiende; la gente va a ver a Cantinflas y va a ver a un tipo optimista”, afirmó.
Hasta el último momento, Mario Moreno externó su preocupación por las injusticias en el mundo, como la muerte de niños por hambre o la guerra.
El artista, admirado por figuras como Charlie Chaplin, le asignó el nombre a su personaje para que su familia no descubriera que había incursionado en el ambiente artístico; la actuación fue una opción para poder sobrevivir, pero jamás imaginó que su talento lo consagraría como uno de los mejores cómicos del mundo.
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