La segunda temporada de “Sagrada Familia” hizo sentir inútil al realizador mexicano Manolo Caro.
Y no porque desconociera la historia o de pronto hubiese alguien arriba de él ordenando cosas, sino porque cada que volteaba al set, veía al talento actoral encabezado por Najwa Nimri y Alba Flores, dos artífices de la industria española y conocidas internacionalmente por “La casa de papel”.
“Yo no hago ensayos, dialogo mucho con los actores, de cómo hablan, cómo es su relación con otros personajes y de la trama misma. Y puedo decir que cuando tengo actrices y actores así, con tantas herramientas, uno se siente inútil, la vedad. Digo, si marco (la escena) aquí y acá, pero realmente no hay tanto estrés”, dice convencido.
“Es mucho más sencillo dirigir y de pronto pienso qué les puedo decir”, bromea el director de “La casa de las flores” y “No sé si cortarme las uñas o dejármelas largas”.
La segunda entrega de "Sagrada Familia", que llega a Netflix, continúa con la historia de cuatro mujeres unidos por la amistad generada por la maternidad.
En los nuevos ocho episodios se verá cuál es la verdadera identidad de Gloria Román y de todo lo que es capaz de hacer una madre para proteger a su familia.
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“Es una serie de apariencias. Cuando nos reunimos con el elenco, no sabemos cómo llamarle a los personajes porque todos tienen doble identidad. Será un ritmo vertiginoso, con todo ellos a la deriva y más cerca del precipicio”, expresa Caro.
Si en la primera temporada el equipo grabó en una morgue, donde estuvieron víctimas de Covid-19, con todo lo que eso conlleva en energía, ahora las cosas se salen de control.
En aquella ocasión Caro enfermó precisamente por el estrés del lugar y por las propias secuencias, donde la muerte estaba presente. Ahora el enfoque es otro.
“Hay un ritmo vertiginoso, ágil. Es tan oscura, tan perversa, que seguramente hubo lugares peores donde filmamos. Aquí ya es la conclusión de todo, el acto final, siempre la plantee como dos temporadas”, adelanta el director.
“Sagrada Familia” es la segunda serie del mexicano en España, luego de “Alguien tiene que morir”, estrenada también en streaming. Actualmente radica en el país europeo.
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“Creo que España me ha dado la posibilidad de ampliar mi carrera: amo mi país, pero si creo ya tenía un estigma de ser director pop, mis detractores decían que era siempre lo mismo, que atendía a un público y pude haberme quedado haciéndolo muchos años, pero quería probar algo nuevo", indicó en su momento.
Por ahora el entrevistado entrará en posproducción de su nuevo filme, “Fiesta en la madriguera”, basada en la novela homónima de Juan Pablo Villalobos.
La historia inicia con un niño que ama su zoológico privado y pide a su padre, un narcotraficante de alto poder, conseguirle un hipopótamo enano de Liberia.
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