Para su personaje en la serie Madre sólo hay dos, el actor Javier Ponce aprendió lo complejo que es ser padre: cambiar pañales, saber en qué momento eructa un bebé así como cuidar sus horas de sueño, fueron algunas de las cosas que vivió dentro del rodaje de la serie.
La historia sigue a dos mujeres que se embarazan al mismo tiempo (Paulina Goto y Ludwika Paleta) y dan a luz en la misma sala de hospital; sin embargo por error, la enfermera intercambia a sus bebés y se dan cuenta cuatro meses después.
Es ahí donde empieza el conflicto entre las mujeres.
“La serie no te pinta ni la paternidad ni la maternidad como todo de color rosa, hay cosas muy bonitas pero también es muy complicado y tiene sus obstáculos que tienes que ir superando”, explica el actor en entrevista con EL UNIVERSAL.
“No es fácil ser mamá o papá, no existe un manual sino que hay diferentes maneras y conforme va pasando el tiempo tú vas agarrando la experiencia”, comparte.
En la trama, con guión de Fernando Sariñana y Carolina Rivera, Javier interpreta a Pablo, la pareja de Mariana (Goto), quien al enterarse de que será papá tiene que decidir si se hará responsable o no.
“Mi personaje es un chavo al que le gusta divertirse con sus amigos, es inteligente y optimista pero es un poco inseguro.
“Aprendí mucho de él; yo soy una persona un poco fría para demostrar mi amor y trabajar con la bebé me hizo abrir este instinto paternal hacia las demás personas y mis seres queridos. Me cambió por completo”, asegura Ponce.
La producción de nueve capítulos llegará a través de la plataforma Netflix el próximo 20 de enero; Javier relata que fue grabada en dos partes, una antes de la pandemia y otra cuando se retomaron grabaciones en septiembre del año pasado.