Lyn May es una de las personalidades más polémicas del medio del espectáculo, su desinhibida manera de ser, su franqueza y los arreglos estéticos a los que se ha sometido la han puesto en más de una ocasión en el ojo del huracán; pero lo que pocos sabe es que detrás de lo que puede verse en pantalla, la vida de la vedette ha estado llena de dolor.
Un ejemplo de ello es el abuso sexual que vivió cuando apenas era una jovencita y del que habló recientemente en el programa ¡Siéntense quien pueda!, conducido por el actor Julián Gil.
May nació y creció en Acapulco, pero a los 14 años, su inocencia y las ganas de salir adelante, la hicieron creer en las palabras de un hombre que le prometió llevarla a conocer la Ciudad de México. Aunque el sujeto sí cumplió y le mostró un mundo completamente nuevo a la entonces adolescente, también se aprovechó de ella: "Me llevó ese tipo y me violó, me dio que me iba a enseñar México, que estaba muy bonito y me llevó a enseñarme la ciudad y luego me llevó a otro lado”, dijo la actriz.
Lee también Jorge "El Burro" Van Rankin, fuera de "Miembros al aire": "me corrieron en el pasillo de Televisa San Ángel"
Las declaraciones de Lyn sorprendieron por completo a Gil y al resto de panelistas, quienes le preguntaron si alguna vez denunció lo que le había pasado ante las autoridades: "No lo denuncié porque yo estaba muy chiquilla. Tenía 14 años", agregó.
Liliana Mendiola Mayanes, nombre real de la famosa, explicó que a pesar del tiempo que ya ha pasado no ha podido perdonar a su agresor y duda que algún día esto pueda llegar a suceder: "No voy a perdonar a ese que me violó. Nunca lo voy a perdonar, jamás".
La bailarina no dio más detalles sobre esta dolorosa experiencia y tampoco reveló el nombre del sujeto que la atacó; pero este no fue el único evento traumático que vivió; de acuerdo con otras entrevistas que ha hecho, su primer matrimonio no precisamente lo que esperaba, ya que no sólo fue obligada a casarse con un hombre que le llevaba más de 26 años de diferencia, también sufrió de violencia doméstica, motivo por el que decidió separarse definitivamente tras un par de años.