Más Información
A través de un video que hace un repaso por su carrera, desde que comenzó siendo un niño, hasta que se convirtió en un artista internacional, Luis Miguel presume la figura en la que se ha convertido.
Esas imágenes que son proyectadas en las pantallas al interior de la Arena Ciudad de México son recibidas con gritos de emoción que se iluminan gracias a las miles de pulseras que todos llevan.
Entonces, literalmente, sale el sol: tanto porque se proyecta en las pantallas un video de un amanecer, como porque por una plataforma sube Luis Miguel.
El cantante no necesita decir nada, ni siquiera recurrir a algún atuendo distinto más que su clásico traje negro y corbata.
Con su presencia y pasos de baile que lo caracterizan basta.
Sin embargo su voz, para quien lo ha escuchado en vivo, por momentos no es la misma.
Cuando arranca el show con los acordes de “No culpes a la noche”, primero canta con la voz aguda con la que inmortalizó el tema pero pronto pasa a una voz más grave, misma que utilizará en varios momentos del show.
Entonces queda la duda de si se trata de los nuevos arreglos que ha hecho como parte de su Tour 2023, o se deba a que su voz ya no es la misma, luego de la supuesta faringitis que el músico habría tenido el pasado agosto.
Es la primera de siete fechas que Luis Miguel ofrecerá este mes en la Ciudad de México y en la que esta vez se da el lujo de incluir “duetos” con dos artistas que siempre admiró. Así, con Michael interpreta la canción “Sonríe” y con Frank Sinatra, “Come fly with me”.
“El Sol” cambió el que había sido su hogar hasta la fecha: el escenario del Auditorio Nacional, donde tiene el récord de más conciertos realizados, con 266.
Ahora eligió la Arena Ciudad de México, un espacio con mayor aforo, ubicado en Azcapotzalco, que precisamente él inauguró en 2012 dando el primer concierto.
Los cambios en su voz pasan desapercibidos porque todos lo acompañan cantando y él mismo invita a todos a corear junto con él levantando el micrófono hacia el público.
Sus canciones más emblemáticas, como “Amor, amor, amor”, “Culpable o no” y “Te necesito” son aderezadas con sus pasos de baile y sonrisa y, aunque no se percibe algún problema de sonido, por momentos voltea hacia un lado del escenario para hacer señas a alguien, como si pidiera más volumen y como si, al dejar de hacer esas señas clásicas a lo largo de su carrera, dejara de ser él mismo.
La orquesta que lo acompaña, de alrededor de 20 músicos, más las 20 mil almas que cantan parecen llenar de emoción al sol pues, sin decir una palabra, sus expresiones de regocijo bastan y todos se rinden ante él y cantan tema tras tema, desde “Dame”, hasta “No sé tú” o un medley de su Segundo romance con canciones como “Solamente una vez” y “Somos novios”.
Es una noche en que “El Sol” deja claro por qué ha roto récords de presentaciones y también por qué, pese a las altas y bajas en su carrera, en la que incluso ha llegado a ser abucheado, así como tantas polémicas personales, el público lo sigue queriendo.