A pesar de la forma en que Luis Felipe Tovar perdió a su padre, el actor asegura que no está peleado con la muerte, pues entiende que es la vida es un estado transitorio. Sin embargo, reconoce que presenciar el deceso su progenitor se convirtió en un evento shockeante para él, pues tenía sólo 14 años.
El actor de grandes producciones como "El callejón de los milagros" y "Todo el poder" fue entrevistado por Matilde Obregón, quien le hizo rememorar su vida antes de que se dedicara a la actuación.
Fue así que Tovar se describió como un niño con una personalidad poco usual, debido a que, como no le gustaba estudiar, se escapaba todo el tiempo para no asistir a sus clases, sin embargo, no le llamaba la atención reunirse con otros niños a jugar, sino que visitaba una pequeña biblioteca, que estaba ubicada por su rumbo.
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"Me iba de pinta a unos lugares muy buenos; desde muy joven no me gustaba estar encerrado, me iba yo a una librería de muy pequeñito, ¡estaba loco!, (tenía) siete años, no me gustaba ir a la escuela porque me aburría, era muy malo para las ciencias exactas, me echaba en reversa, como Michael Jackson y me esperaba hasta que abrían la librería", contó.
La pasión por la lectura, desde muy temprana edad, le fue inculcada por su madre, don Luis Felipe, que le pedía a él y a su hermano, cada noche, que les leyeran los artículos de "Selecciones", la revista que solía comprar mes con mes.
"Le leía el ´Selecciones´, tenía diferentes artículos, diferentes secciones y, todas las noches, mi papá se acostaba, nos hablaba a mi hermano y a mí y nos pedía que le leyéramos un capitulito", detalló.
Y aunque, hasta el día de hoy, el actor agradece que su padre lo hubiera instado a llevar a cabo el hábito de la lectura, recuerda que le causaba temor que, al momento de leer, fuera corregido, ya que recuerda que su progenitor era un hombre muy estricto.
"Yo sudaba frío, ¿me entiendes?, porque mi papá era gente muy dura; él estaba acostado y yo en una silla y empezaba a leer; estaba muy jovencito, seis o siete años y, todos los días, le tenía que leer un capítulo y él me iba corrigiendo, toda palabra que decía yo mal o la idea que construía mal, me la corregía y entonces, empezó a ser un hábito en mí", destacó.
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Pero la lectura no fue la única de sus pasiones que su padre fomentó, sino que también fue responsable que se interesase por el cine.
También se sinceró y compartió que cuando era un adolescente, a sus 14 años, su padre ya estaba muy enfermo y, de hecho, estuvo presente en el momento que murió, lo que ocurrió mientras don Luis Felipe le narraba la trama de una película.
"Se murió platicándome una película, me quedé helado viendo como estaba platicando; estaba yo y su médico, que era nuestro vecino, estaba acostado sí porque estaba enfermo, y de repente dijo: ´-Siento que me está haciendo falta el aire´, hizo una pausa y ciao, bye, y entonces el médico dijo: ´-¿Qué pasó?, creo que no está respirando, se murió´", narró.
Pesea presenciar la partida de su padre, para el actor la muerte no es un tema doloroso, según confió.
Fíjate que fue algo fuerte, pero a pesar de que yo soy muy sacatón y no tengo ningún interés de irme de este mundo, hasta que haya hecho lo que tenga que hacer, mi imagen y mi relación con la muerte no es una relación ni de terror, ni de un dolor escalofriante, ni de una pérdida irreparable, lo aprendí a ver, es de muy joven, como una transición inevitable de los seres humanos", aseguró.
melc