Tras su muerte a los 81 años Vicente Fernández no sólo dejó un legado musical de más de 50 años sino que tenía promesas por cumplir que ya no serán posibles.
El charro de Huentitán forjó una carrera que nunca se detuvo, incluso después de que anunció su retiro de los escenarios dejó claro que seguiría cantando. Además en su rancho Los Tres Potrillos, en Guadalajara, también tenía ocupaciones que tras su fallecimiento quedarán sin dueño.
En su compañía de discos Sony Music comentan que el intérprete de no dejó álbumes pendientes para ser publicados, aunque en 2010, antes de su retiro, él afirmó que había cientos de canciones suyas que no habían visto la luz y lo harían en las siguientes décadas.
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“Tengo más de 100 álbumes en el mercado y he grabado más de 300 canciones que aún no se han dado a conocer. Mi vicio es cantar”, se lee en la biografía de su página oficial.
En el plano personal, Chente ya no pudo continuar encaminando la carrera de su nieto Alex Jr., hijo del Potrillo.
“Él se siente bien, su vida siempre ha sido estar en su rancho y disfrutarlo, aunque esa espinita de querer hacer algo, salir, como que se ve a través de mí, lo veo muy motivado contento, feliz y estamos mejor que nunca”, decia Alex en 2020 en una entrevista con EL UNIVERSAL.
Los recorridos en el rancho también quedarán incompletos. Desde 2016 volvieron a entrar cientos de personas todos los días y era común encontrar al también actor en una de las bancas de las caballerizas, donde saludaba a sus paisanos.