“¿Cómo contamos lo que pasó esa noche?”, se preguntó el cineasta José Ortiz, cuando tuvo frente a sí la misión de retratar lo ocurrido el 26 de septiembre de 2014.
En esa fecha, 43 normalistas desaparecieron en Iguala, Guerrero, mientras viajaban en camiones a la Ciudad de México, para participar en un aniversario más de la matanza estudiantil de Tlatelolco, de 1968.
No llegaron a su destino porque fueron atacados por presuntos integrantes del cártel Guerreros Unidos, un hecho en el que estuvieron involucradas, según autoridades federales, las fuerzas municipales.
Desde entonces no se les ha encontrado, y existe la versión de que fueron quemados y desaparecidos en un basurero.
Ortiz, realizador español, tenía claro que el foco de lo que iba a rodar era la lucha de lo padres.
“Pero sí pensábamos cómo contar lo que ocurrió. (Entonces pensamos): ‘pues vayamos a los supervivientes’. Más allá de la información que puede venir de diferentes sitios, es mejor el del chico que estuvo ahí, quienes estuvieron en otros autobuses (no detenidos), así como las madres”, recuerda.
De esa forma se fue estructurando la serie documental Los 43 de Ayotzinapa, un crimen de Estado, cuyos primeros dos episodios ya se encuentran en la plataforma Max . Después irá un capítulo por semana, hasta completar los cinco que la conforman, el último, coincidirá con el día de la desaparición.
Los primeros minutos se “recrea” visualmente el viaje que realizaron los normalistas, tomando como base imágenes de la ruta que sus padres hicieron años después para clamar justicia. La producción también incorpora imágenes tomadas el día de los hechos por estudiantes.
Cuenta además con entrevistas con gente como Miguel Ángel Osorio Chong, quien durante la desaparición fungía como secretario de Gobernación; Yazareth Liz Abarca Pineda, hija del exalcalde de Iguala, José Luis Abarca, que fue señalado como el que dio la orden de detener a los normalistas, y Tomás Zerón, el hombre acusado de haber torturado a los estudiantes.
“La primera vez que nos acercamos a las familias nos dijeron que estaban muy cansadas y que era otra entrevista más”, relata Ortiz.
“Les dijimos que ellos iban a ser los protagonistas, estuvieran o no, pero que sí los queríamos, y logramos que la primera grabación fuera con ellos en el autobús a la Ciudad de México para ver al Presidente (Andrés Manuel López Obrador).
El cineasta comentó a los padres que los acompañaría un equipo pequelo y que no haría entrevistas.
“A la media hora nos bajamos y ellos, creo, notaron el respeto a su dolor”, narra.
Con políticos y exfuncionarios la cosa fue complicada, pero lo lograron diciendo que quien aceptara sentarse frente a ellos, les haría las preguntas que quisieran.
“Igual ahora al estar en una posición diferente, podían decir cosas distintas a los que comentaron en su momento. Si a eso le sumamos que hay testimonios que no se habían dado antes, le da una dimensión mayor”, expresa.
José es español, pero eso no fue impedimento para contar algo de lo que ya tenía conocimiento.
Alejandro Turner, productor de la serie y director de Producciones no Guionadas en Warner Bros. Discovery, señala que esa característica concedió cierta lejanía con el tema para poder abordarlo.
“No es que fuéramos a buscar a propósito a un director español, pero sí creo que dio una mirada fresca y sin prejuicios. No es alguien sospechoso de estar jugando con algún tema interno o que tenga algún interés político”, expresa Turner.
Los 43 de Ayotzinapa, un crimen de Estado se suma a otras producciones nacionales que ya han tocado el tema, como: Ayotzinapa, el paso de la tortuga, que fue producida por el ganador del Oscar, Guillermo del Toro; Los días de Ayotzinapa, con Paco Ignacio Taibo II, y Ayotzinapa, la otra historia.