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Desde que llegaron a la playa, Martín Altomaro y Ana Valeria Becerril recibieron como orden ir a caminar a la playa y contarse un secreto que nadie más supiera.
La idea del director Samuel Ríos y Valles era que entre ambos actores se construyera un vínculo de padre e hija, necesaria para comenzar el rodaje de Los días que no estuve, drama que llega directamente esta semana a Blim.
En el drama, Altomaro es una figura de la televisión, cuya vida se ve trastocada cuando su expareja (Irene Azuela), madre de su hija (Becerril), fallece.
Entonces decide abandonar todo, sin avisar a su propia hija, con la que tampoco ha llevado una relación de años.
“En algún punto, creo, todos hemos tenido el pensamiento de dejar todo cuando no estamos a gusto y esta historia es, a final de cuentas, de alguien que sí lo lleva a cabo”, cuenta Ríos y Valles, el director.
“Me pareció interesante que lo hiciera alguien que a los ojos del mundo puede tenerlo todo, ser feliz económicamente, que tiene carisma y justo yo quería el lado humano del personaje y las razones que tendría para hacerlo”, agrega.
Los días que no estuve se rodó en la playa de San Agustinillo, Oaxaca, y la Ciudad de México.
Junto al mar, Altomaro y Becerril realizaron varias dinámicas para encontrar empatía entre sus personajes.
“Luego platicando encontrábamos pequeñas similitudes, entonces a la hora de filmar se crean ciertos códigos o pequeños significados que para la ficción son finos”, considera Becerril.
La cinta no pasará por cines, pero no incomoda al director. En las plataformas de streaming ve una oportunidad de seguir creando, más cuando para las producciones es complicado realizarse y recuperar la inversión.
“Lo que tenemos que seguir haciendo son buenas historias, con calidad, eso es lo importante, para poderse ver en cualquier tamaño de pantalla”, subraya.