Las Vegas.— Los memes no mienten. Teniéndolo de frente, aguardando a que le hagan una pregunta, Marco Antonio Solís sí tiene un halo de Cristo, uno nacido en Michoacán que se le parece por la melena, el porte y hasta la actitud.
El músico reconoce haber visto esas imágenes graciosas de estampitas religiosas con su figura y ríe. Es un juego común en sus redes. Hace unos días, publicó en X: “Hoy le pido a Dios sólo una cosa: que sane en ti eso de lo que no hablas con nadie”. Y alguien le respondió: “Gracias señor Yisus músico”.
Por eso es raro hablar con él de su siguiente gran paso como artista: hacer historia en la mismísima Ciudad del Pecado, junto a lo que serían sus discípulos, los integrantes de Los Bukis.
La agrupación será la primera banda de habla hispana en hacer una residencia en Las Vegas, en mayo, julio y septiembre. Algo que, si se analiza, tiene lógica, no sólo porque celebra 50 años de trayectoria, sino porque en 2021, cuando hzo su gira del regreso, esta fue la sexta más visitada del mundo, según Pollstar.
“Les diría que se porten bien”, dice Marco Antonio Solís entre risas, cuando se le pregunta qué deben hacer los seguidores del “señor Yisus músico” que vengan a ver alguno de los muchos shows en la ciudad de las bailarinas de poca ropa, mucho alcohol y más.
“Yo digo que la pasen bien. Lo importante acá en Las Vegas es disfrutar todo con medida, ¿no? Nos ofrecen muchos espectáculos. Acabamos de ver a U2, tuvimos la oportunidad de verlos, de disfrutar y aprender. A mí, en lo particular, me gusta ver de pronto conciertos distintos porque se aprende mucho”.
Ya en un tono más profundo, Marco Antonio reflexiona sobre lo que ha sido sortear al demonio en esta industria para su banda y él durante cinco décadas.
Ahí sale a tema un joven mexicano que el año pasado fue número uno del mundo en los charts. Y aunque ese chico se llama Peso Pluma, no lo menciona directamente, pero sí la reacción de cuando lo escuchó por primera vez.
“Di el condorazo, un doble condorazo”, responde rápido, simulando con el cuerpo que casi se cayó de espaldas de su silla.
“De las expresiones que hay ahora, con lo que particularmente no estoy muy de acuerdo son las letras violentas, porque ya de por sí vivimos en un mundo muy violento. La música más agresiva genera más agresividad. Los Bukis teníamos el propósito de esto, una música melódica que pudiéramos decir pasiva, tranquila, que genera serenidad, paz, alegría, reflexión porque todo eso vale en las letras y en las melodías; es un acompañamiento”.
Reconoce que hay buenos músicos y lo positivo de que haya un movimiento mexicano que resuene en el mundo. Si no se asume con compromiso, considera que se pierde una gran oportunidad.
“Y bueno, la música de hoy es muy distinta, particularmente yo, de pronto oigo letras que valen la pena porque hay cosas que se pueden rescatar, muy lindas, pero hay otras que no. Entonces sí, estoy en desacuerdo en todo lo que genere violencia, energía negativa”.
Cuando eran tan jóvenes como Peso Pluma y compañía, él y su primo, Joel, emanaban positividad, despertando además el amor en las chicas sin más pretensiones. El Buki recuerda algunos suspiros generados en esta ciudad, cuando hacían presentaciones sin goce de sueldo. Tocaban unos 25 minutos, los lunes, especialmente para trabajadores que acababan su turno en los casinos y restaurantes.
“Nos decían, aquí no hay dinero, pero si quieren ir ahí pueden ir a tocar un poco y hay 100 dólares para que jueguen. Y así nos íbamos para conocer”, dice riendo.
Por curioso que parezca, Marco Antonio relaciona la vibra de esos encuentros semiclandestinos en Las Vegas con los shows continuos que darán aquí mismo, pero en el Dolby Live en Park MGM con 5 mil 200 fans por día.
“Cuando, después de 25 años, nos reencontramos con el público, empezamos a cantar y la gente empezó a corear los temas. Esa es la mejor muestra de que hicimos bien las cosas”, cree El Buki.
Entonces, ya en un tono mesiánico, les habla a los jóvenes tumbados sobre redimirse, porque cree que hay un lugar en el infierno del olvido musical para los que no respetan a su público.
“Piensen en lo que va a durar mucho tiempo, no se vayan con la corriente por lo monetario, la fama. Los pasos cortos pero sólidos los llevarán a un camino más largo. Piensen antes de hacer: si salen con algo que no tiene trascendencia, pierden credibilidad con el público.
“Pero sigan adelante porque hay alguien que nos cuida —señala al cielo— y que les dio la misión de hacer lo que tienen que hacer en esta vida”.