Surgido a mediados de los 70 en Iztapalapa, donde se concentra una buena parte de la fuerza laboral capitalina, Los Ángeles Azules se presentan esta noche en el Ángel de la Independencia para despedir el 2022 y dar la bienvenida al 2023.
Con ello, consagran su popularidad entre el público, cuyas razones son varias.
Uno de cada cuatro habitantes de la Ciudad de México radica en Iztapalapa, una de las alcaldías más populares de la capital nacional y donde, cada fin de semana, hay calles cerradas con los vehículos vecinales, para hacer su fiesta de barrio.
Empezaron desde abajo. Su idea inicial era conseguir dinero para ayudar a sus padres, que obtenían el sustento lavando ajeno y manejando transporte público. De hecho, sus primeros instrumentos se lograron adquirir gracias a un aval conseguido
Comenzaron en fiestas de la colonia y sin educación musical. Tocaban “de oídas” y por haber aprendido de otros músicos que fueron conociendo en el camino. Una historia que comenzó a desperdigarse en la zona y caían bien.
Elías Mejía siempre cargaba papel y pluma, porque en cualquier momento llegaba la creatividad y debía plasmarla en forma de versos o ideas que luego tomarían forma. Y con sus ahorros grabaron un disco que llegó a un locutor y éste a su vez, los invitó a hacer un disco en su estudio.
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En 1993, mientras estudiaban porque no pensaban en la música como único medio de vida, graban “Entrega de amor” que la historia marca como su primer gran éxito, al que siguió “Cómo te voy a olvidar”, que por dos décadas ha formado parte de fiestas en todos lugares.
En 2013, cuando estaba en riesgo que su imagen se quedara en un grupo noventero, recibieron la invitación para presentarse en el Vive Latino, al que no querían asistir pues pensaban su música no era para el evento. Pero aceptaron y fueron un éxito. Todos se sabían sus canciones.
Lanzaron un álbum con canciones reversionadas, participando entre otros Jay de la Cueva, Ximena Sariñana y Saúl Hernández. Un año después graban un álbum sinfónico.
Pueden presentarse en cualquier lugar. Durante la pandemia, acudieron a una invitación de una empresa de bebidas, y ofrecieron un pequeño concierto en una unidad habitacional al sur de la Ciudad de México.
“De Iztapalapa para el mundo” se ha convertido, más que en un grito de batalla, en un sello que los precede.
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