Don no sólo tuvo una vida longeva, sino una carrera prolífica que se legitimó a lo largo de 75 años de carrera, a través de los cuales trabajó con un sinfín de personalidades claves en el mundo del cine, como es el caso de nada más y nada menos que , el cineasta español con quien, en principio, no llevó una buena relación, pero con el tiempo dejaron atrás las asperezas y emprendieron una muy buena amistad.

Matilde Obregón revivió en su canal de YouTube una entrevista que realizó al primer actor hace unos meses, antes de que cumpliera sus 98 años, en la que don Ignacio contó algunos de los momentos más entrañables de su vida personal y profesional ya que, desde que era muy joven y obtuvo sus primeras oportunidades, trabajó con grandes cineastas, así como con actrices y actores inolvidables dentro del cine mexicano.

Entre una de las anécdotas que vivió a lo largo de 75 años como actor, López Tarso no dejó pasar desapercibida la relación amor-odio que existió entre él y Luis Buñuel, quien pasó una larga temporada en nuestro país realizando algunas de sus películas más importantes; una de ellas fue “ Nazarín ”, de 1959, en la que el español le dio la oportunidad a don Ignacio de participar en un pequeño papel dentro de la cinta, sin embargo, casi se queda fuera de la película, ¿qué pasó?

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Durante el encuentro, López Tarso relató que Buñuel no le hizo mucho caso, hasta que “los Martini” salieron a colación, la bebida favorita del español, la cual don Ignacio sabía preparar muy bien. De esa manera, comenzó un debate acerca de quién era el mejor preparando dicha bebida, a base de ginebra, por lo que el actor se esmeró en hacer su mejor trago.

Álvaro Custodio fue el elegido para decidir entre la mejor preparación; la de López Tarso y la de Buñuel, decidiéndose por la del actor.

Pero su amistad no sé legitimó hasta que, en una ocasión, el director español se dio cita fuera del “teatro Blanquita”, mientras Tarso aprendía a sacar fuego para interpretar a su personaje en una película, pues no le permitieron que dichas escenas las llevara a cabo un extra.

Don Ignacio aprendió por las lecciones que tomó con un auténtico tragafuego:

“Estaba yo haciendo esas bocanadas de humo y entonces me ponía yo a echar eso, se formaban muchachos a ver, y yo en el centro con la llamarada y volteaba para otro lado y otra llamarada, ahí estoy echando y ya cuando volteó… Buñuel ahí parado entre los muchachos viéndome”, el actor indicó que el director fue especialmente para atestiguar su hazaña, por lo que se abrazaron y comenzaron a escribir la historia de su amistad.

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melc

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