Ya se siente el frío otoñal de la Ciudad de México y eso no parece mermar a. No pareciera que, hace apenas unos tres meses, el cantante fue hospitalizado a causa de una bronconeumonía.

Se le ve tranquilo paseando por su jardín, abrigado con un suéter blanco en compañía de sus perros. Pregunta: “Qué rico está el día, ¿no?” Luego, aprovecha para agradecer el estar vivo e iniciar una charla en el marco de un nuevo show que ofrecerá el 26 de octubre en el Lunario del Auditorio.

No sólo quiere hablar de música. Por ejemplo, habla de cómo, a sus 64 años, pertenece a una generación que hace un esfuerzo para adecuarse a los nuevos tiempos, pero sin dejar de lado su visión de la vida.

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“Trabajo con Instagram y con Twitter (X), pero me doy cuenta de que cuando hablo cosas buenas, a la gente le viene valiendo. Pero en cuanto hablo de algo distinto, me llenan de mentadas, no estoy acostumbrado”, reflexiona.

“Nunca habíamos estado tan cerca de las personalidades de la política, del deporte o de la música, y lo que hacen es decirles puras mentadas y ofensas. Eso me parece increíble”.

Foto: Jorge Emilio Sánchez/EL UNIVERSAL.
Foto: Jorge Emilio Sánchez/EL UNIVERSAL.

¿Cómo encuentra el equilibrio entre generaciones?

Yo aplaudo a las nuevas generaciones, aplaudo las fórmulas musicales; al que triunfa no lo debes envidiar. Yo, como compañero, no puedo criticarlo, tengo que admirar y encontrar la razón de por qué le está yendo bien.

¿Se refiere a los tumbados?

Sí, tienen algo para provocar esa explosión. Aunque también todos podemos reconocer a los artistas que han dejado huella en todo lo que hoy tenemos, como José José, Juan Gabriel... hay gente que dejó inolvidable su presencia y siempre va a estar ahí, siempre va a ser recordada, hay edades para todo.

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¿Usted ha pensado en hacer algo así?

Me encantaría hacer algo nuevo, sí, pero no tengo ninguna oferta. Mi hijo Axel siempre está buscando nuevas ideas, y yo lo apoyo sin involucrarme demasiado, porque cada vez que opino, me critican. Disfruto su deseo de triunfar, y también veo a mi papá (el icónico Marco Antonio Muñiz) retirado, quien decidió dejar su carrera. Él me aconsejó lo importante que es que el público me recuerde con dignidad y que cuide mi dinero porque no siempre se puede prever lo que sucederá.

Está usted entre dos mundos generacionales...

No sólo yo, muchas personas. Tengo dos perspectivas en mi vida: la de mi padre, que ha dicho “hasta aquí”, y la de mi hijo, que me impulsa a seguir adelante con nuevos proyectos. A veces tengo esas dos voces en mi cabeza, una que me anima a arriesgarme y otra que me aconseja ser prudente. Pero voy paso a paso. Lo único que me detiene son las desveladas, que afectan mi garganta. Estoy atento a lo que me dice mi cuerpo y debo cuidarme.

¿Cómo se siente de salud?

La vida te va poniendo algunas pruebas, algunos retos que hay que ir superando. Esto que viví es la vida, yo lo veo con un enorme agradecimiento por tantos años que he podido vivir y mantenerme en la música, como pasa con otros compañeros que tienen más tiempo. Lo importante para mí hoy, cada día, es salir adelante. Tener esa voluntad de aprender y salir poco a poco nuevamente a lo que más te gusta, que para mí es la música, y este es un oficio que me sigue gustando y lo voy a cuidar.

Foto: Jorge Emilio Sánchez/EL UNIVERSAL.
Foto: Jorge Emilio Sánchez/EL UNIVERSAL.

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El público lo impulsa...

No, la verdad, antes de pensar en el público, piensas en ti. No es lo mismo cuando estás en la intimidad de tu casa o en un hospital y no sabes en qué va a terminar. Lo primero que quieres es salir bien por tu familia y por ti mismo. Después viene el pensar en el público. Hay que hacer lo posible por estar bien, verse bien para seguir con los shows. Hay que aprender a vivir con los años, llevarlos bien, llevarlos con dignidad, pero, sobre todo, seguir soñando.

¿Con qué sigue soñando?

Con el próximo evento, con la oportunidad de grabar algo nuevo, con que venga la sorpresa de alguna invitación que te dé la alegría de decir: “Lo voy a intentar nuevamente con algo”. Eso es lo bonito de este trabajo, nunca terminas de aprender y de tener miedo.

¿Tener miedo a continuar?

El miedo de un artista es al ridículo. Un artista tiene que estar consciente de que el tiempo pasa y que hay cosas que ya no va a poder hacer. Con la necesidad económica o de estar vigente haces locuras; eso siempre hay que cuidarlo.

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