Para la cantante y actriz Lisset protagonizar el musical Mamma mia! tiene un significado muy especial, porque no sólo regresa al recinto que la vio nacer como artista, el Teatro de los Insurgentes, también espera festejar sus 50 años el 3 de noviembre arriba del escenario con este musical que, aseguró, le ha devuelto la pasión y el amor por su carrera.
“Siento que nada es casualidad todas son ‘diosidencias’ y la verdad me obligó la vida, venía de pérdidas dolorosas (entre ellas la muerte de su padre el músico Willy Gutiérrez) y no tenía planeado regresar, pero esto ha sido un gran regalo en mi vida, porque no sólo me regresaron a las tablas, lo hicieron con un equipo familiar que me ha dado toda la contención y el amor que no me va a alcanzar la vida para agradecer”, dijo Lisset sobre este montaje que estrenará el 4 de marzo.
La cantante aseguró que emocionalmente está destruida y que sigue reconstruyéndose, algo en lo cual su personaje de Donna le ha ayudado mucho, ya que tiene una gran conexión con ella porque, como la protagonista, es una madre soltera que ha sacado adelante a su hija sola y ha puesto su felicidad antes que la propia.
“A mí ABBA no me gustaba, Mamma mia! tampoco, no era una obra que me matara, pero comencé a descubrirla hasta que llegué aquí, tenía que estar en la etapa de casi 50 años para darme cuenta de muchas cosas; como siempre lo digo, el teatro me salva y aquí vuelvo hacer catarsis con el personaje y ya no tengo que ir a terapia, porque mi duelo lo he pasado dosificado porque he tenido que trabajar, pero aquí lo he podido trabajar”.
Lisset comentó que, si hay algo que disfruta de estar en un proyecto teatral, es el proceso de preparación que se necesita antes de levantar el telón, y para ella este ha sido muy hermoso, porque se ha topado con la generosidad y empatía que hay en el equipo, comenzando con los productores Tina Galindo y Claudio Carrera, pero sobre todo sus compañeras y amigas Gicela Sehedi y Marisol del Olmo.
Ellas dan vida a Rosy y Tania respectivamente, las mejores amigas de Donna con quien se reencuentran cuando está próxima a entregar a su hija Sophie en el altar; y así como en la obra ellas demuestran la fuerza de su amistad, estas tres actrices hacen lo propio fuera del escenario.
“Nos hemos divertido, hemos creado muchísmo juntas, hemos sido generosas una con otra, nos hemos agarrado de la mano para crear un mundo donde podamos habitar y divertirnos”, expresó Gicela Sehedi.
Marisol explicó que a pesar de que ya se conocían no habían podido trabajar en algún proyecto, pero considera que la vida les tenía guardado este regalo, que llegó cuando están pasando por una etapa de madurez personal y profesional y eso las ha unido.
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