Espectáculos

Leyendas que le saben a la taquilla

Isela Vega, Ignacio López Tarso y Lorena Velázquez actúan en "Más sabe el diablo por viejo", que lleva 800 mil espectadores

Los actores recuerdan sus inicios y sus momentos más difíciles. Foto: ARIEL OJEDA. EL UNIVERSAL
03/08/2018 |23:02
César Huerta Ortiz
reportero de la sección EspectáculosVer perfil

cesar.huerta@eluniversal.com.mx

Como en sus tiempos juveniles, Isela Vega, Lorena Velázquez e Ignacio López Tarso acaparan los cines.

En sólo una semana la comedia Más sabe el diablo por viejo, registra casi 800 mil espectadores, poco menos de la mitad del promedio que contabilizan las producciones nacionales en cartelera.

Newsletter
Recibe en tu correo las noticias más destacadas para viajar, trabajar y vivir en EU

En la historia son un grupo de ex actores recluidos en una casa de retiro, que encuentran bríos al grabar una web serie.

“No hay edad para las pasiones”, reflexiona Pepe Bojórquez, director del filme donde también actúan Sandra Echeverría, Osvaldo Benavides y Martín Altomaro.

Ahora Isela (La viuda negra), Lorena (Santo contras las mujeres vampiro) e Ignacio (El hombre de papel) recuerdan sus inicios en la actuación.

¿Recuerdan la primera escena que hicieron en su vida?

Isela Vega: De muy niña en la escuela iba con una muñequita toda fregada y cantaba “ven linda muñequita, ven a dormir en mis brazos, pobrecita, pobrecita, te hicieron pedazos”.

Lorena Velázquez: Sí, fue bailando con Corona (Sergio) y Arau (Alfonso) en Caras nuevas y como estudié ballet desde los cinco años, no fue difícil, pero como éramos gente totalmente nueva te impone las cámaras. Yo quería ver cómo me veía y cuando lo hice no me gusté porque tenía la cara muy ancha (risas).

Ignacio López Tarso: Mi primera escena estelar fue en Macario y era la primera vez, también, que trabajaba con Roberto Gavaldón (director).

En la escena inicial ya estaba con huaraches, trajecito de manta, sombrerito y la carga de leña en Taxco, subiendo una calle empinada, empiezo a caminar y a los cinco pasos grita que cortaran. “¿Qué le pusieron a López Tarso en la espalda?”, preguntó Gavaldón. “¡Pues lo que usted dijo, señor, un bulto de madera de balsa para que no le pese!”, respondieron. “¿Pero cómo que no le pese?, ¡debe pesarle, que se vea el esfuerzo en el cuello y las piernas, pónganle real! Y así lo hicieron los técnicos (risas).

¿Qué director los ha hecho sufrir más en su carrera?

IV: Paco del Villar, yo creo. Hice varias con él, por ejemplo una en Valle de Bravo (La primavera de los escorpiones, 1971) que hice con Enrique Álvarez Félix y Milton Rodríguez, una escena de noche de lluvia y mucho frío y dije: “oiga, hay agua” y respondió que ni modo de calentarla (risas). Y ya sólo dije, “bueno”.

LV: En una telenovela era la mamá y andaba como sirvienta y querían quitarme un rancho. Hicieron un agujero para ver si me mataba ahí y me caí, sentí un golpatazo majadero ¡pero eso no fue lo peor! sino que de pronto el productor pidió un acercamiento y yo ya no tenía la tierra que me habían puesto.

Pidió que me pusieran y entonces vaciaron una cubeta encima con arañas, mosquitos, lombrices y me quedé sin ver y tuve que aguantarme. A veces sufres, ¡pero cuando pagan como que se medio olvida! (risas).

ILT: Hice ocho película con Gavaldón, sabía mucho de cine y por tanto lo que pedía. Y esas exigencias las tuve que soportar muchas veces, digo, fuimos muy buenos amigos, nos entendíamos bien, pero tuve momentos peligrosos.

En La rosa blanca, estábamos filmando en medio de la selva, en Veracruz, rodeada de la nauyaca víbora venenosísima y en condiciones difíciles, pero al final salió.

¿Cuál de sus películas es la que más han visto?

IV: ¡Yo no las veo!

LV: El rapto de las sabinas (1962), una película que hicimos mi hermana Tere y yo en España e Italia y me encanta verla a ella, estaba simpatiquísima y yo era la reina de Roma.

Te recomendamos