aprendió a hacer cine al visitar sets en su adolescencia y consumir cientos de películas, tanto en salas como en formato casero.

¿Funcionó? No es tan mediático como los llamados "Tres amigos” (grupo integrado por Guillermo Del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu) y menos acapara titulares por tener películas taquilleras, pero puede presumir de 32 historias dirigidas, en las cuales ha trabajado con leyendas como Katy Jurado, nominada al Oscar, y Roberto Cobo, antagónico de “Los olvidados”.

A sus 51 años, su filmografía está sólo siete títulos abajo de lo rodado por Arturo Ripstein (“La viuda negra” y “Profundo carmesí”) y supera en media docena a lo conseguido por otra leyenda de la dirección, Felipe Cazals (“Canoa” y “El apando”).

“El secreto de Esperanza”, con Jurado, estrenó en 2003 en el Festival de Cine de Los Ángeles y poco antes su filme de terror, “Angeluz”, había llenado salas en el de Guadalajara. Hace una semana estrenó en un canal de paga la historia de terror, “Expira” y, a fines del año pasado, rodó una tras otra “Paciente cero”, con zombis y monstruos, inspirado en un hecho propio de corrupción.

"Le he dedicado 30 años a esto y ha valido la pena, puedo no vivir del cine como tal, pero vaya que ha valido todo", dice Laborde. "Decir 32 películas es fácil, pero hubo un momento en que pasaron cuatro años sin poder levantar alguna. Pero es un proyecto de vida", recuerda.

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Casi todas sus películas son de corte independiente y bajo presupuesto, pero eso no ha impedido que lleguen a cines, como fue el caso de “Sin destino”. Varias ahora están en su propio canal de YouTube.

Cuando tenía 14 años, su mente estaba en tener pareja e hijos, algo que nunca llegó. Y vive en casa de sus padres. Además de dirigir, da clases, asiste a proyectos de tesis y asesora guiones.

"No salgo caro para mis propios gastos", dice divertido, "pero me di cuenta que quienes hacemos cine debemos amarlo y estar dispuestos a, no diría renunciar a cosas, pero sí a invertir en otras".

Laborde no proviene de una familia relacionada con el arte. Sus papás eran empleados de banco y, cuando hacía falta algo de dinero para completar una producción, lo apoyaban.

"Desde los 13 años trabajé en los estudios América (hoy Azteca Digital) jalando cables y así fui llegando a esto", rememora.

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Junto con Christian González, recién fallecido y que fue denominado como el “Rey del Videohome” al rodar muchas de sus 90 cintas en ese formato, Laborde forma parte de una generación a la que los apoyos federales no llegaron.

En cada proyecto, él y Roberto Trujillo, su productor de cabecera, buscaban las formas para concretarla. Y eso, dice el realizador, es algo que no ven las nuevas generaciones.

"Es algo que me está doliendo de ellas y es que se acostumbraron a apoyos del Imcine, sino les daban, entonces no hacían cine. A quienes les daban apoyo con los fideicomisos hacían su ópera prima, pero después ya nada.

"Lo que está de moda es estudiar cine, pero no hacerlo. Se volvió moda a raíz de los 'Tres amigos', a quienes los chicos los tenían como súper rockstars y, en ese sentido, los chavos entendieron mal el mensaje, porque no lo entendieron como que se llegaba a eso con trabajo y disciplina. Christian lo entendía como Alejandro Galindo (“Campeón sin corona”), Ismael Rodríguez (“Nosotros los Nobles”) y Gilberto Martínez Solares (“Calabacitas tiernas”) de que había que empujar día a día, para crear un sueño en la pantalla".

fjb