En el año 2020 el poder de la comunidad en Twitter criticó la producción del l ive action de “La sirenita” , la razón del público era el color de piel de la actriz que daría vida a Ariel, Halle Bailey , que es afrodescendiente.
El público exigió respetar el canon de la película, argumentando que Ariel es una sirenita de origen danés y los daneses no son afrodescendientes, ante lo cual Disney a través de la plataforma Freeform respondió:
“Sí. La autora original de ‘La sirenita’ era danesa. Ariel… es una sirena. Ella vive en un reino submarino en aguas internacionales y puede nadar legítimamente donde quiera (aunque eso a menudo molesta al rey Tritón). Pero por el bien de la discusión, digamos que Ariel también es danesa. Las sirenas danesas pueden ser de color porque las personas danesas también lo son. Ariel puede colarse a la superficie en cualquier momento con sus amigos y mantener un buen bronceado. Los daneses que no son blancos también pueden tener cabello rojo de forma genética”, aseguró la plataforma.
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Sin embargo, el proyecto fue filmado, y verá la luz próximamente; pero qué ocurre entonces con películas como “Hombres de Negro”, donde según los cómics el Agente J no es afrodescendiente como el actor que dio vida al personaje, Will Smith , o el personaje de Nick Fury en los cómics de Marvel que también es un personaje caucásico y en las películas está interpretado por Samuel L. Jackson, ¿por qué en esos casos no le importa el canon al público?
Incluso en algunos casos donde se respeta el canon de los cómics igualmente resulta criticada la aparición de ciertos personajes, como el caso del personaje América, en la última película de Dr. Strange, donde aparecen sus dos madres, y la película fue criticada de inclusión forzada cuando en realidad eso forma parte de los cómics originales.
Ante ello, el especialista en el tema y crítico de contenido cinematográfico, Roberto Rondero , explicó: “El cine vive una de sus más graves crisis, no sólo por cuestiones económicas, sino que por décadas se olvidó de asimilar los cambios en el mundo, pero no por ello se debe proceder a la censura y menos a la autocensura, lo más dañino para la creatividad y la superación. Tal parece que ahora las redes sociales, a través del fandom o el modelo del canon, van a tener el voto de calidad para determinar qué está bien o mal, quiénes deben aparecer en un filme, en qué proporción y tiempo. Esto llevará a la anarquía, al poder de los views, de los likes y de la falsa superioridad de los internautas”.
Además, ante el poder de un hashtag, el cine, considera Rondero, está cayendo en el territorio de lo “políticamente correcto”, un término que, si bien es subjetivo a su tiempo, significa el no hacer daño a la susceptibilidad en este caso de los consumidores.
“El cine se está volviendo políticamente correcto, contrario a sus principios de libertad, creatividad, idiosincrasia, alternancia e inclusión sin límites. Quizá por ello la decadencia del cine independiente, de los mismos festivales fílmicos y de la absurda repetición de filmes en repetición de superhéroes (con marco moral y autocensurado). Así como existe un lenguaje, idiomas y dialectos, el cine no puede estar sujeto a quienes desde su ‘trinchera’, detrás de un teclado y nula identidad, se dan a la tarea de replicar ‘lo que no les parece’, sin más bases que la censura, los clichés y la anarquía”, afirma Rondero.
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Por otra parte, el cine sigue recuperándose no sólo del letargo económico ocasionado por la pandemia, sino por la poca actualización respecto a los temas de inclusión raciales y de preferencia o identidad sexual, pero esto no debe comprometer la libertad del séptimo arte.
“Me temo que el mayor peligro es vulnerar la libertad creativa para complacer vía redes sociales a influencers, youtubers y fans del cine, que hoy ha reducido sus bonos de ser denominado ‘séptimo arte’. La censura a través de ser trending topic, de millones con ‘mano alzada’, incide en la libertad creativa, como el caso de ‘La sirenita’, y anterior a ella a numerosas caricaturas y tiras cómicas”, comparte el especialista.
Si bien el cine se fue tardando en adentrarse a los cambios sociales, en un esfuerzo por crecer junto al devenir también ha sido criticado, como en el caso de “Dr. Strange”, donde aparecen dos mujeres como madres de América, o el beso lésbico en la película de “Lightyear”, que buscó ser censurado en muchos países, lo cual atentó contra la libertad creativa de Marvel y Disney, pero en esta ocasión sin ceder.
“Considero que el cine, con todo lo que ello implica, no debe estar sujeto a las tendencias, al qué dirán, a las críticas de fans, seguidores o influencers, como ha sucedido con filmes como ‘Dr. Strange ’ o ‘Lightyear’ con el beso entre dos protagonistas femeninas”, sentenció Roberto Rondero.
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