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La política mexicana y la descomposición social generada en los últimos años fue tema para el cine nacional, con representaciones que se vieron reflejadas en buenos números en la taquilla o con varios premios internacionales.
La dictadura perfecta, comedia negra dirigida por Luis Estrada y protagonizada por Damián Alcázar, alcanzó 4.2 millones de asistentes, y se ubicó en el lugar ocho de las más vistas desde el año 2000.
Fue un ejemplo curioso, porque además su tráiler en Internet tuvo las mismas visualizaciones que el largometraje en cines.
Heli, ficción que abordaba la manera en que el narco va afectando a la población, le dio a Amat Escalante el galardón de Director en Cannes, uno de los festivales triple A en el orbe.
De acuerdo con el Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2013, editado por el Imcine, el filme logró cerca de 100 mil asistentes y fue colocada en 11 portales de Internet.
Everardo González se lanzó a la aventura de entrevistar a sicarios y víctimas de los mismos que sirven para el narco, en el documental La libertad del diablo.
Ganadora del Premio Amnistía en la Berlinale, la cinta se estrenó este año en México tras ganar en certámenes como el de Guadalajara.
También en Berlín otro retrato, aunque éste aprovechando la ficción, mostró las consecuencia de la venta de armas entre EU y México y ganó: 600 millas de Gabriel Ripstein, que lo colocó de inmediato como uno de los realizadores más rentables para producciones del tipo.
Acaba de estrenar la serie Un extraño enemigo, sobre el movimiento de 1968 y está rodando Aquí en la Tierra, una historia sobre la maquinaria política en México.
Hasta El Chapo resultó personaje rentable, pues en enero de 2016 se lanzó Capo: el escape del siglo, la cual contaba el escape de un mafioso llamado Joaquín, perseguido por las autoridades mexicanas y estadounidenses y su venganza.
Su primer día fue impresionante, ocupando el segundo escalafón en promedio por pantalla, sólo atrás de la hollywoodense Punto de quiebre. Registró 144 personas por pantalla, sólo 10 asistentes por abajo de la producción americana.
La más reciente cinta exitosa ha sido Vuelven, de Issa López, la cual enumera 50 premios nacionales e internacionales. A varios conmueve la vida de un grupo de niños huérfanos, producto de la violencia en México, donde cualquiera puede matar a toda hora.
La realidad. La violencia y sus golpes a la sociedad en los últimos sexenios, se coló en varias producciones documentales.
En Los reyes del pueblo que no existe, de Betzabé García, se cuenta como el lugar se ha convertido, entre otras cosas, en paso de grupos delictivos. El filme llegó cinco pantallas y contabilizó cerca de 2 mil asistentes, para unos 72 mil pesos generados en taquilla.
En 2013, el realizador Pedro Ultreras estrenó el documental ABC: nunca más, la historia de las familias afectadas por el incendio de la guardería y quienes buscan rehacer sus vidas mientras exigen justicia desde 2009.
Diez mil personas compraron su boleto, nada mal para las nueve copias que circularon en salas.
Otras producciones que tocaron lo social fueron Los herederos, acerca de la protección a los hijos de familias acomodadas y recién Ayotzinapa: el paso de la tortuga, con Guillermo del Toro y Bertha Navarro atrás de ella, que toma el caso de los 43 normalistas desaparecidos. Actualmente espera su estreno en la plataforma Netflix.