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Una marea negra cubre el Palacio de los Deportes la noche del martes. Listos para ver el show de la banda de groove metal Lamb of God, sus seguidores llevan el uniforme oficial de cualquier concierto de metal.
Pero entre playeras no sólo de Lamb of God, sino con otros nombres como Iron Maiden, Megadeth o Misfits, resalta el trajecito completo de un pequeño de apenas un año de nacido. Vestido de esqueleto (con un traje parecido al de Danny LaRusso en "Karate Kid"), juega con su mamá mientras esperan que salga el Cordero de Dios.
"Es que en la casa escuchamos esta música, tanto a mi pareja como a mí me gusta y él también baila entonces yo creo que le gusta", dice la madre con orgullo de que su pequeño también sea metalero, aunque confiesa que más que Lamb of God, la banda a la que fueron a ver es Parkway Drive, uno de los abridores del show.
Dando una imagen de ternura que contrasta con la actitud de rudeza de la mayoría de los asistentes, el pequeñito de un año disfruta de su primer concierto (con audífonos especiales para proteger sus oídos) cuando a las 22:00 horas por fin salen los intérpretes de "Memento mori".
Lamb of God complace a sus fans
Como parte de su paso por Latinoamérica por la promoción de su más reciente álbum Omens (2022), Lamb of God ofrece un show de hora y media que no deja nada más qué desear: la voz gutural de Randy Blythe, suena igual que en las grabaciones de estudio al igual que las guitarras de Mark Morton y Willie Adler, y el bajo de John Campbell.
Su nuevo baterista, Art Cruz, también deja todo de sí haciendo honor a muchos de los temas que inmortalizara Chris Adler, desde que la banda se fundó a mediados de los 90 hasta su salida en 2019, pero también a sus canciones más recientes en las que Art ha colaborado para los dos últimos álbumes de la banda.
"Walk with me in Hell" (camina conmigo en el infierno), "Omerta", "Omens" y "512" son algunas de las canciones que retumban en el Palacio de los Deportes entre gente haciendo headbanging y mosh pit (círculos en los que todos se golpean y bailan al ritmo de la música).
"Dios mío", dice el vocalista en español. "Mira toda esta hermosa gente", añade en inglés.
"Muchas gracias por tenernos de vuelta, Ciudad de México, cada vez que venimos es maravilloso", menciona y es respondido por los gritos del público.
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Para no perder la costumbre, mientras la banda hace lo suyo se ven por los aires vasos de cerveza que caen sobre las personas, algunos con apenas unas gotas de líquido y otros con bastante para mojar a muchos, cosa de la que si bien algunos de quejan volteando a ver quién fue el responsable, pronto se olvida para que siga la fiesta.
"Laid to rest" y "Redneck" son los temas con los que deciden cerrar el show tras una noche que se extendió por cuatro horas pues también los abridores, Knocked Loose y Parkway Drive, hicieron lo propio horas antes.
Ya para despedirse, Lamb of God elige que suene de fondo "Viva México" y "Volver, volver", en la voz de Vicente Fernández, mientras ondean la bandera de México y dicen adiós a sus seguidores, quienes así como cantaron sus canciones también le hacen coro a Vicente Fernández.