Para su nuevo personaje en cine, Benny Emmanuel echó mano de su propio padre, quien jamás conoció al hombre que le dio la vida.

En Detrás de la montaña, filme que se estrena el próximo viernes en el interior de la República, para luego llegar a la capital mexicana, el histrión interpreta a un joven oficinista cuyo único interés es una chica a la que conoce.

Un día llega a casa y se encuentra con su madre en el suelo, muerta, y una carta.

Al leer el texto se da cuenta que es de su padre, quien los abandonó, por lo que irá en su búsqueda, a Ciudad Juárez, para asesinarlo.

“Lo interesante de todo esto es que yo no quiero vengarme (en la vida real) de mi padre, pero sí recurrí a experiencias cercanas como la de mi papá que creció sin conocer al suyo y aún sigue así”, relata Benny.

“Me acerqué para hacerle preguntas que suenan obvias, como qué pasaría si lo viera, qué sentimiento hay en cuanto al alejamiento de un padre y su hijo”, agrega.

El actor de La CQ y Chicuarotes ya ha sido galardonado por su labor en Detrás de la montaña: ganó el premio a Mejor Actor en el pasado Festival Internacional de Cine de Guadalajara y el mes próximo estará en la misma categoría en la premiación de la Canacine, cámara que aglutina a exhibidores, distribuidores y productores en México.

“Es un personaje que creció sin el amor masculino y eso hace que no pueda desarrollarse con demás personas, todas las desdichas que le pasan culpa a que su padre los abandonó, entonces, el día que tiene la oportunidad de hacer algo, lo intenta hacer”, establece.

A Benny lo acompañan en el reparto, entre otros, Gustavo Sánchez Parra (Amores perros), Enrique Arreola (Párpados azules) y Daniela Schmidt (Casi divas).

El filme es la ópera prima de David R. Romay, quien reconoce que tuvo un padre autoritario.

“Quería escribir sobre algo personal, digo, mi padre ni me abandonó ni lo quiero matar, ni mucho menos, pero era muy impositivo.

“Esta historia habla de cómo este personaje se hace una imagen de su padre, monstruoso por haberlo abandonado y lo culpa de su miseria, pero en el camino se va dando cuenta que no era ni tan monstruoso ni odiado sino por el contrario, hay gente que habla muy bien de él”, expresa el cineasta.

“Esto lo confronta y le causa dolor, porque entonces se pone a pensar por qué quiso a otras personas y no a él”, apunta Romay.

Para el rodaje, efectuado hace dos años, hubo que lidiar con condiciones climáticas extremas.

En una de las secuencias con los personajes hablando tranquilamente, se registraba un clima de cinco grados bajo cero.

“En el piso había gente con cobijas de lana para que, cuando terminara la escena, se levantaran rápido para taparlos (a los actores) y llevarlos rápido al interior, en lo que se acomodaba todo”, recuerda Romay.

“Dicen que en las películas de terror hay que causar miedo en el set para que eso se transmita; aquí creo inconscientemente lo de Ciudad Juárez ayudó, es un lugar con mucha vibra especial (feminicidios) y en la película están la melancolía, la soledad, el tener siempre una patrulla atrás y nunca ir a un lado solo o caminar de noche”, considera.

Detrás de la montaña es producida por Los Güeros, compañía fundada por los actores Luis Arrieta y Luis Ernesto Franco y Filmadora Nacional, de Marco Polo Constandse, productor de Vuelven.

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