Desde que se anunció su muerte, el pasado jueves, la reina Isabel II no ha dejado de ser noticia. Toda la información que se ha generado en los últimos días a nivel internacional sigue siendo en torno a ella, su infancia, familia, su labor como princesa y luego reina, su matrimonio con el príncipe Felipe de Edimburgo, estilo al vestir ... y hasta su impacto en la cultura pop.
Aunque pocos pueden presumir de haber compartido una anécdota con ella, ha sido gracias a los medios de comunicación, como la prensa rosa, que pudimos seguirle el paso y conocer su trabajo y aspectos de su vida privada pero hay algo que quizá no muchos han destacado, al menos en el extranjero, y eso fue la relación que tuvo con nuestro país.
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A su llegada, la monarca fue recibida por el entonces presidente Luis Echeverría y su esposa, María Esther Zuno. Luego de la bienvenida que se le dio en el Hangar Presidencial, se trasladaron al Zócalo capitalino. Ahí, Isabel y el príncipe Felipe fueron testigos del izamiento de la bandera nacional y de una serie de espectáculos que se ofrecieron en su honor.
Además, visitaron Guanajuato, Veracruz, Oaxaca, Yucatán y Quintana Roo.
Ocho años después de su primera visita, la reina regresó. En esta segunda ocasión, su estancia fue de ocho días, donde visitó nuevas ciudades como Acapulco, Lázaro Cárdenas, Puerto Vallarta y La Paz.
De lo más recordado de este segundo viaje, es su estancia en la bahía de Acapulco, un sitio que en ese entonces era muy popular y conocido por celebridades y personajes del jet set.
Una de las mexicanas que puede presumir de haberla conocido y hasta cocinado para ella es Susana Palazuelos quien, por órdenes del entonces presidente Miguel de la Madrid, se encargó del banquete, decoración y organización de la cena en el Fuerte de San Diego.
En entrevistas, Palazuelos siempre recuerda parte del menú que ofreció a la monarca, que incluyó una gran variedad de antojitos mexicanos, entre ellos, picaditas, quesadillas, tacos de pollo, guacamole, salsas molcajeteadas, tamales, langosta y postre de piña, una fruta que suele ser costosa en tierras inglesas.
La que fuera la corona real de la reina Isabel II hasta el pasado jueves perteneció al rey Eduardo VII. Esta fue confeccionada por Garrard & Co. y está adornada por una gran variedad de joyas, piedras, diamantes y una perla de origen mexicano, que fue extraída del Mar de Cortés, en La Paz, Baja California.
Cuando la reina visitó por segunda ocasión nuestro país, viajó en su barco, el Britannia, hasta el malecón de La Paz, conocido ahora como El Muelle de la Reina y donde hay una placa conmemorativa. Dentro del itinerario, la reina y el duque pasearon por la zona y se encontraron con Antonio Ruffo, quien fuera el propietario de la compañía que extraía perlas en el mar y que fue la encargada de la extracción de la perla Great Lemon, nombre que le dio la propia Isabel II.
El primero fue Luis Echeverría, cuando el mandatario visitó Reino Unido en abril de 1973. Dos años después se reencontraron cuando la monarca y su esposo vinieron por primera vez a nuestro país.
El segundo en estrechar la mano de la reina fue Miguel de la Madrid en la segunda visita de la monarca a tierra azteca, en 1983. Dos años después, De la Madrid y su esposa volaron por invitación de Isabel II a Reino Unido. Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo la conocieron cuando volaron a Reino Unido como parte de sus agendas de trabajo internacional.
Con Vicente Fox la visita tuvo otro carácter pues en 2002 él y su esposa, Marta Sahagún, acudieron como invitados y hasta tomaron el té con ella durante 20 minutos. Por su parte, Fox recibió de manos de la monarca la condecoración de la Orden de San Miguel y San Jorge, en grado de Caballero de la Gran Cruz.
Con Felipe Calderón la reina se encontró cuando él viajó a la reunión del G-20, en 2009, y Enrique Peña Nieto fue el último presidente mexicano en conocer personalmente a la fallecida Isabel II.
El exmandatario viajó hasta Londres en 2015, como parte de una visita de Estado, acompañado de su entonces esposa, Angélica Rivera, y los hijos de ambos, quienes también fueron invitados a la cena que ofreció la monarca en el Palacio de Buckingham.
Se encontró con Calderón.
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