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¿Quién puede creer que un demonio puede ser expulsado si es que recibe mucho dolor?

Pues el realizador catalán Santiago Alvarado (Capa caída) y el productor mexicano Alejandro Sugich (Prometo no enamorarme) sí lo creen. Y apostaron al proyecto fílmico Menéndez que, además, tendrá escenas en realidad virtual.

La RV, como se le conoce, es una cámara con tecnología de 360 grados y que, mediante visores especiales, hace sentir al espectador dentro de la escena.

El largometraje de género, que concluyó rodaje el viernes, tiene algunos momentos de humor negro, señala su realizador.

“No es terror absoluto, es una película sobre un exorcista con métodos especiales, pues cree que usando la violencia, causando dolor a la persona poseída, que no sabemos si realmente lo está, abandonará el cuerpo porque no aguanta el dolor”, comenta Alvarado.

“También dejamos al público abierta la posibilidad de si no será el hombre un sicópata o algo así”, agrega quien coescribió el guión con Ramón Salas.

Juli Fábregas (Rec 2) y Ximena Romo (La vida inmoral de la pareja ideal) encabezan el elenco, teniendo también participación Dolores Heredia (Dos crímenes) y Héctor Illanes (Sr. Ávila).

“No sabemos si Raquel (su personaje) está poseída; se creerá que sí, pero es una adolescente de 18 años con ausencia de su padre, quien es un criminal y ella está resentida con la vida”, indica.

“(Sobre la posesión). No nos queríamos ir a lo usual, a los poseídos normales (de Hollywood), aquí está eso muy recargado en la actuación y en escenas construídas con diálogos”, añade la actriz.

Con RV. Una casa en Iztapalapa, Ciudad de México, fue acondicionada como EL set principal de la cinta Menéndez. Una bodega fue convertida en sótano.

Precisamente en este último sitio se rodó una de las escenas en realidad virtual. En total, comenta el cineasta Alvarado, son 20 minutos los que tendrán esa tecnología.

“Más que modificar cosas, es vivirlas, entonces el público estará en la posición de un personaje, en el sótano va a ser como si estuviera sentada, viendo todo”, expresa.

Sugich, productor del lado mexicano, fue quien dio la idea de la realidad virtual a sus homólogos españoles y canadienses, con lo cual se convierte en un proyecto transmedia.

“Van a haber back stories, que no estarán dentro de la cinta, y también visita a escenarios que podrán verse en plataformas especializadas de RV; en cine se llegará en formato normal, ya cuando llegue a plataformas, se les daría el paquete”, explica.

Muchos de los efectos que se verán en el filme han sido realizados en set, como personas volando y un demonio gigante. Se estima que cueste unos 20 millones de pesos, procedentes de iniciativa privada, para tener un estreno tentativo en el certamen de Sitges.

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