Espectáculos

La profundidad científica de Bob Esponja

La saga es una joya didáctica de la biología y la geología marina que nos sumerge en un mar de conocimiento

Stephen Hillenburg, quien falleció el lunes, usó sus conocimientos como biólogo para crear al personaje animado. (ARCHIVO EL UNIVERSAL)
01/12/2018 |05:42
Redacción El Universal
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El mejor amigo que, más que encontrar, creó el recientemente fallecido (26 de noviembre) Stephen Hillenburg en mayo de 1999 fue un invertebrado marino de color amarillo, un porífero descerebrado —como todos los espongiarios, pues carecen de sistema nervioso— cuyo nombre nos describe qué es —una esponja— y cómo es —o, al menos cómo viste: con pantalones cuadrados—. ¿A quién que, a diferencia de Hillenburg, no hubiese impartido clases de biología marina (en el Instituto Marino del Condado de Orange, California) se le habría ocurrido la antropomorfización extrema de algo que antes del siglo XIX ni siquiera era reconocido como parte del reino animal, sino visto más bien como una planta?

Antes de Hillenburg, por supuesto que más de un caricaturista o de un animador dieron rasgos humanos y hasta hicieron hablar y cantar a delfines, peces, tiburones, tortugas, cangrejos, pulpos, medusas y hasta a almejas, pero... ¿una esponja?

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Bob Esponja, es cierto, no es un programa educativo estilo Plaza Sésamo, pero las oportunidades para usar esta animación como recurso pedagógico cuando de hablar sobre oceanografía (especialmente en las áreas de la biología y la geología marinas) a sus millones de seguidores se trata han sido aprovechadas, inclusive, para escribir una tesis y presentar una ponencia en la reunión anual de la Sociedad Geológica de los Estados Unidos.

Claro que, para exprimir su potencial didáctico, es necesario hacer como las esponjas y filtrar cada episodio para atrapar y digerir lo mucho que de inspiración oceanográfica tienen sobre todo las primeras tres temporadas, en las que Hillenburg estuvo más sumergido, aceptar y disfrutar el acompañamiento absurdo y hasta surreal de personajes y situaciones que inundan el programa.

Con esto en mente, podemos iniciar nuestro viaje submarino visitando la casa de Bob Esponja; como sabemos gracias a la primera línea de la canción, ésta se encuentra en la ciudad de Fondo de Bikini, localizada en el Atolón Bikini, en las Islas Marshall, en el Océano Pacífico.

Si bien estos datos son suficientes para los eficientes servicios de Correos de México, para mayor precisión geológica tenemos que Fondo de Bikini fue fundada sobre una plataforma carbonatada, que es una superficie sumergida a poca profundidad, en lOs márgenes de los continentes, en la que se depositan carbonatos. La península de Yucatán se halla en su mayor parte en la parte no sumergida de una plataforma carbonatada.

En el episodio “El abismo”, Bob y Patricio visitan Fondo de Roca, una ciudad en la planicie abisal que está completamente a oscuras y en la que era forzoso que hicieran su debut un pez linterna y un pez pelícano, famosos habitantes de esta región.

En “Tomemos el té”, Bob conoce a Arenita en los Campos de Medusas, que es una pradera de pastos marinos: plantas acuáticas que son una especie de oasis submarino, ya que al reducir con sus hojas el movimiento de las corrientes marinasy producir oxígeno mediante la fotosíntesis, sirven de refugio y crianza de varias especies de invertebrados y de peces.

En “Pantalones rotos”, antes de que tenga lugar el suceso que da nombre a este capítulo, Bob y Arenita visitan Laguna Pegajosa, una región poco conocida del fondo del océano a la que los oceanógrafos se refieren como lago o piscina de salmuera y que, en efecto, es una cuenca debajo del mar con agua tan salada y densa que no se mezcla con agua que la rodea.

En el Golfo de México hay varios de estos lagos, y sus aguas contienen una alta concentración de metano.

El metano es aprovechado por los bancos de mejillones que, con la ayuda de algunas bacterias que se hospedan dentro de ellos, se alimentan de este gas, pero para el resto de las especies marinas un clavado en estas piscinas de salmuera es casi una sentencia de muerte, por lo que los investigadores bautizaron a una de ellas con el nombre de “El jacuzzi de la desesperación”.

Y en un viaje en el tiempo al pasado, Calamardo camina por el fondo de un océano primordial en el que observamos fauna paleozoica característica: trilobites, medusas, gusanos y, por supuesto, un ancestro de Bob Esponja (las esponjas aparecieron en el Precámbrico, el período anterior al que da inicio a la Era Paleozoica).

“¡No me importan los niños, sólo me importa el dinero de sus padres. Que sus pobres mentes sean fácilmente manipuladas por parques baratos y payasos sin talento no me incumbe en absoluto!”. Palabras tan ilustrativas son de la autoría de Hillenburg sólo en cuanto a que fueron puestas por él en boca del ambicioso Don Cangrejo.

Y recorridos más y mejor ilustrados que el presente pueden hacerlos quienes se aventuren por los paraderos de la piña más famosa del fondo del mar.

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