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Para nadie es un secreto que levantar un proyecto cinematográfico mexicano no es una tarea fácil y si a eso se le suma hacerlo durante la pandemia, la misión parece casi suicida.
Algo así sucedió con "Una Navidad no tan padre", película que debido a los obstáculos que la producción enfrentó, el elenco decidió renombrar como La película del año, debido al largo proceso que llevó filmarla.
“Nunca creímos que tardaríamos tanto, la empezamos a filmar un par de meses antes de la pandemia, luego tuvimos que parar, nos dijeron que por dos semanas y terminamos regresando cinco meses después.
“Al final, todos lo hemos tomado con humor y ahora la película es algo totalmente distinto a lo que sería en un inicio”, comentó Jacqueline Bracamontes a EL UNIVERSAL.
Además de la contingencia sanitaria, el equipo de producción y el elenco vivió otro retraso cuando el actor Héctor Bonilla se fracturó una pierna, lo cual impidió que pudiera regresar al set de filmación.
“La película se iba a estrenar la Navidad pasada, luego se fractura la pierna Héctor y nos regresan a casa y a los tres meses regresó nuestro héroe, ahí cojito y todo, pero terminó la película. Sin duda esta película se terminó por el amor que todos nos tenemos y por el cariño que le tenemos al proyecto”, comentó Angélica María, quien se une a esta secuela de la cinta de 2016, Un padre no tan padre.
Pese a todo, el filme, que llegó esta semana a la plataforma de Netflix, narra cómo en esta ocasión Don Servando y su extensa familia viajan a la playa para pasar la Navidad con la tía de Alma, doña Alicia (Angélica María), una mujer exigente y dura que se convierte en la némesis de don Servando, enfrentamiento que podría terminar por arruinarle la Navidad a todos.
“Sin duda, el mensaje es de empatía y respeto, saber que aunque el otro tenga ideas distintas a ti, no lo hace un enemigo, sino un aliado del que puedes aprender. Hoy parecería que estamos unos contra otros, que el odio impera y creo que la cinta invita a ser más comprensivo y humano”, dijo Angélica.
Para la actriz y cantante de 77 años, este largometraje dirigido por Raúl Martínez respresenta de alguna manera su regreso en forma al cine, medio del que se había alejado un poco tras irse a radicar desde hace varios años a Los Ángeles, California, con su hija, Angélica Vale.
“Cuando pisé el set para mí fue como volver a respirar, es algo que amo y que he dejado un poco pero que sé que nunca dejaré, yo nací para esto, no sé si lo hago bien o mal pero esto es para lo que yo estoy hecha y aquí seguiré en esto hasta mis últimos días”, añadió.