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A pesar del título La otra Electra, nada tiene que ver con el síndrome o el mito griego, pero sí hay una relación fuerte y difícil entre una madre y una hija, en esta historia escrita por Edith Ibarra y que se presenta en La Teatrería.

“Es una pieza sutil, que nos invita a conocer la relación entre ellas, una relación cotidiana donde hay amor, odio, enfrentamiento, cansancio”, explicó Beatriz Moreno.

Ella, junto a Iliana Armenta, aborda en escena la historia de Electra, una joven que acude al llamado de su madre para que la cuide en su convalecencia tras una operación, tiempo en el que su frustración y veneno salen a flote.

Moreno compartió que es desgastante emocionalmente, debido a que cada enfrentamiento entre los personajes dejan mensajes que son como golpes en el alma.

Fue necesario, señaló, tener muchas horas de trabajo para lograr un punto medio y que los sentimientos no sean tibios o desbocados.

“Casi todas las historias de madres, aún las más trágicas, son historias de amor, que encierra ese amor-odio porque hay momentos en que los espejos son terribles.

“Al romperse el cordón umbilical y convertirse cada una en personas diferentes, emocionalmente, eso también es un acto de amor, aunque se haga a gritos y sombrerazos porque cada quien tiene que seguir su camino”, considera.

El personaje que Moreno interpreta es como muchas mamás en la actualidad, según su explicación, pues han tenido que trabajan dobles turnos durante la infancia de sus hijos, situación que la convierte en una madre ausente, pero que aún así quiere controlar.

“Pero su forma de amar no le funciona a la hija y viceversa, porque la madre se siente abandonada, desprotegida. Aun así no la veo como una perversa, como la piedra en el zapato para su hija, porque al conocer la historia te das cuenta que ser estricta y ausente es muy canijo”, dijo.

La otra Electra se presentará en La Teatrería hasta el 29 de junio próximo.

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