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Un matrimonio joven vive una lucha interna desde la muerte de su hijo, cada uno trata de superar de alguna forma su pérdida pero se encuentran más alejados que nunca, pese a que se aman, esa es la disyuntiva que David Lindsay Abaire plantea en su obra La madriguera, que después de siete años vuelve a México.

“Es una obra muy inteligente, que explora la relación que tenemos los seres humanos con la muerte. El autor la escribió en un momento en el que estaba atorado en qué escribir, entonces recordó que uno de sus maestros le dijo que escribiera sobre lo que más miedo le da en la vida, así que este texto trata de cómo se puede vivir y seguir adelante cuando sucede nuestro peor miedo, y creo que para un padre es perder un hijo”, dijo José Sampedro, director del montaje.

Explicó que La madriguera tiene una característica muy peculiar que, a pesar de tocar un tema muy dramático, también resulta entretenida, ya que tiene un toque de comedia en sus personajes; además de que gracias a la adaptación que él hizo para México la hará más familiar para el espectador, por ejemplo, esta familia es ubicada en la zona de Santa Fe.

“Siento que si el espectador no se ríe en algún momento es porque algo no se entendió. Podemos imaginarnos una circunstancia donde se nos muere un hijo, pero hasta en el mismo velorio la gente se ríe, creo la comedia es una forma de combatir y apaciguar la densidad de esta circunstancia”.

Para contar esta historia el director cuenta con la interpretación de Johanna Murillo, Margarita Sanz y Nacho Tahhan, quienes desde hace una semana se encuentran en intensos ensayos para estrenar el 16 julio en el Foro Lucerna.

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