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La idea fue representar a una maternidad diversa, lejos del discurso promovido por industrias como Hollywood, donde la madre es una santa e impoluta que hace todo lo necesario por sus hijos.
Así que para La hija de todas las rabias, Laura Baumeister creó a una mujer que lleva a su hija a una fábrica de reciclaje para que aprenda a trabajar, con la promesa de que volverá por ella.
Pasan las semanas y la mamá no regresa, pero aún así, la pequeña no puede creer que ha sido abandonada como otros niños.
“Quería trabajar con una relación de madre e hija, de los distintos tipos de afecto, los encuentros entre la ternura y la violencia, en un espacio que es un vertedero”, comenta la realizadora.
El largometraje, que se ha presentado en festivales como el de Morelia y tenido estreno comercial en España, Francia, Alemania y Japón, ha llamado la atención precisamente por la representación de una nueva maternidad.
“Quería que el abandono se sintiera como ‘te abandono porque conmigo no podrás sobrevivir’. Estas ideas, que aparentemente son contradictorias, a mí me parecen fascinantes”, subraya Baumeister.
La hija de todas las rabias, que hoy estrena en salas nacionales, es una coproducción mexicana con Nicaragua, país natal de la realizadora y donde fue filmada, España, Noruega, Alemania y Holanda.
Ara Alejandra Medal es la pequeña de la historia, quien entró al proyecto luego de que por la pandemia de Covid-19, el rodaje se detuvo y esto obligó a cambiar a la niña elegida, pues había crecido.
“Habíamos hecho un casting a casi 300 niños y en cuanto la vimos supimos que era ella. Ara venía de unas condiciones similares a la película, no es una niña que digamos venga de estas infancias privilegiadas de clase media, ella tenía una infancia compleja y tenía un entendimiento emocional con la película”, recalca.
“Pero justo por eso sentíamos mayor responsabilidad de cuidarle y cómo contarle la película. Por ejemplo, nunca leyó el guión y tenía que quedar claro que ella le prestaba cosas a María (nombre del personaje), que ésta era la enojada y se sentía sola, no ella”, agrega.
En Europa, apunta Baumeister, ha llamado también la atención la pobreza donde se desarrolla la historia, así como el tema ecologista que hay en ella.